“Uno de los problemas con estas declaraciones es que te quitan la posibilidad de ver estos hechos como delito, porque no es que las chicas lo promuevan ni tampoco que el hombre es un animal que ante determinados estímulos sexuales no puedan contener sus impulsos”, aseguró a Télam Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (Feim).

Durante la presentación de una guía sobre abuso sexual en la infancia, Feim destacó que las polémicas declaraciones «esconden también el desbalance de poder entre un adolescente en formación y un músico consagrado que está aprovechando la situación de ser idealizado lo que hace inncesario el recurso de la violencia física para conseguir sus objetivos».

A pesar de todo esto, las relaciones sexuales con fans menores de edad “no deja de ser un abuso, una violencia y una violación” porque “la chica no es que se entrega sanamente”.

Por otro lado, Bianco destacó la respuesta del auditorio de chicos y chicas de primer año de periodismo que escuchaban la disertación de Cordera, “que reaccionaron enseguida” y del joven que dió cuenta de lo sucedido con un post en las redes sociales.

La segunda edición actualizada de la “Guía para Orientación y Recursos Sobre Abuso Sexual en la Infancia” es una material destinado a familiares de las víctimas, pero “también para todos los que están involucrados con niñez”.

Elaborada por profesionales de Feim, de la Asociación Civil Salud Activa y la agrupación de madres protectoras Red por la Infancia; la guía actualizada incorporó los cambios introducidos por el nuevo Código Civil y por la sanción de la ley 27.206 de imprescriptibilidad de los delitos de abuso sexual en la infancia.

A nivel mundial, Unicef estima que una de cada 10 niñas han sido víctimas de violencia sexual y son de sexo femenino entre el 78 y el 89 por ciento de quienes padecen abuso sexual en la infancia.

En Argentina, la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte recibió entre 2008 y 2014 un total de 1.762 denuncias de violencia sexual hacia niños y niñas.

“Tomamos la experiencia de campo de muchas madres protectoras y sus hijos abusados para crear una guía que sea no sólo una orientación de los pasos a seguir desde la sospecha del abuso hasta la denuncia, sino que avance sobre cuáles son los canales adecuados para proseguirla”, aseguró Paula Wachter de Red por la Infancia, una de las autoras.

Es que “después de un proceso sumamente doloroso», cuando la víctima llega a la Justicia «cree que se termina ahí y resulta que recién empieza” porque se debe enfrentar todavía “con un laberinto que termina revictimizando a los menores a un costo emocional muy alto”.

Por su parte, María Beatriz Müller de Salud Activa alertó sobre “la mala elección de abogados” que “muchas veces no saben nada de ésto y cometen muchos errores, no sólo en lo que hace a la revictimización de los niños sino también a la victimización de las madres”.

Itatí Canido, subsecretaria de promoción social del ministerio de hábitat y desarrollo Humano de la Ciudad destacó el rol de “la militancia de las organizaciones de mujeres” para que se pueda contar con una guía como esta.

“Todo lo que han hecho para la defensa de los derechos de las mujeres han permitido que se vayan visibilizando cada vez más, además de las propias violaciones, la de los niños y niñas”, dijo.

Por último la integrante de la Comisión sobre Temáticas de Género de la Defensoría de la Nación, Raquel Ascensio, afirmó que cuando es la madre quien denuncia judicialmente que un niño o niño es abusado, “la discriminación de género impacta de lleno en la suerte que tienen esas denuncias” porque “los estereotipos terminan silenciando las voces de esos niños y niñas”.

“Cuando se enfrentan estos casos ante el sistema judicial, la primer mirada que hay es de desconfianza, porque uno de los estereotipos que se activan es el de la ‘mujer mendaz’, según el cual la mujer que denuncia violencia contra ella o sus hijos, miente para vengarse o sacar algún provecho económico, «usando para ello a los hijos sin ningún pudor ni recato”, dijo.

Además de describir las señales de alerta y los pasos a seguir ante la sospecha o revelación de abuso sexual, la guía se mete con los “mitos” sobre este tipo de agresiones tales como: “el abuso sexual está siempre asociado a la violencia física” o “los hombres son incapaces de controlar sus impulsos sexuales”.

Tan falsas como estas afirmaciones son las que indican que los niños “pueden evitar los abusos”, que “fantasean e inventan historias para captar la atención de los adultos” o “sólo les ocurre a las niñas que se lo buscan”.