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El matrimonio infantil persiste en la Argentina: ¿por qué?

20/05/2021 – Economía y Política

Afecta en su mayoría a niñas y en muchos casos la diferencia de edad con sus «parejas» llega a los 15 años. Las provincias donde se da la mayor cantidad de casos y cuáles son las consecuencias para las jóvenes.

Los matrimonios o convivencias infantiles siguen existiendo en la Argentina donde, en los peores casos, alcanzan a niñas menores de 10 años. «Cuando se trata de menores de 15 años, se consideran matrimonios no consentidos», remarca Mabel Bianco, directora de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) en base a los datos del Censo 2010.

El 4,7% de niñas -menores de 18 años- están casadas o conviviendo en todo el país, aunque la mayoría de los casos se concentra en el Noreste argentino. Las razones son económicas. «Generalmente se lo vincula a la pobreza«, explica Bianco. En muchos casos de la región, los matrimonios se vinculan a la trata de personas.

El ingreso a un matrimonio para las niñas implica interrumpir su educación, aunque hay casos donde esa red de escolarización no existía de antemano, según explicaron las especialistas. También deriva en mayor maternidad adolescente, aumento de la violencia de género y riesgo de infección con VIH.

«Lo primero que impacta es la pobreza, pero también hay factores socio-culturales en la población indígena, con valores ancentrales«, aseguró Bianco.    Los casos también son intrafamiliares y el Noreste argentino se ve mucho más afectado.

Las provincias con las frecuencias más altas de matrimonios y convivencias, de 14 a 17 años inclusive, son Misiones con un 7,2%, Chaco con 6,9% y Formosa 6,4%. Por su parte, Santa Fe y Entre Ríos tienen el 5,4% de niñas que son esposas o parejas, mientras que en Santiago del Estero y Corrientes llega al 5,3%. En La Rioja alcanza al 4,9% de las chicas.

¿Qué se entiende por matrimonio infantil? FEIM toma la definición de la ONG Girls not Brides (Niñas no esposas), que incluye «toda unión formal o informal en la que una o ambas partes tienen menos de 18 años». Se considera forzado  si uno o ambos no consintieron libremente. Y en menores de 15 es siempre forzado ya que no tienen capacidad de consentir«.

Sobre ese punto, Bianco aclara: «pese a que el consentimiento sexual es a los 13 años, entendemos que estas relaciones representan un acto más amplio«.

El estudio incluye una parte cualitativa para cotejar los datos del Censo de hace más de diez años, que no se pudo actualizar todavía por la pandemia, con entrevistas directas, para entender el contexto y el peso de los valores culturales. 

LOS CASOS EN VARONES

«Hay varones también menores que están conviviendo«, agrega Bianco y detalla que un tercio de los menores son varones. Los datos muestran que sus parejas tienen parejas uno o dos años más en promedio, mientras que las parejas de las nenas tienen un promedio de 10 a 15 más edad. Consideramos que es diferente y están pesando mucho otros elementos. Uno de esos elementos es la coerción y la violencia. 

El otro factor dominante es la violencia. El año pasado, 119 niñas, adolescentes y jóvenes menores de 20 años fueron víctimas de femicidio, tanto directo, como vinculado. Y 72 niñas y adolescentes entre 14-19 años, fueron víctimas directas de femicidio, el 50% por vínculos entre parejas y ex parejas. Otras 47 niñas de hasta 14 años fueron víctimas de femicidios vinculados. El 58% eran sus padres o padrastros y el 2% (1 caso) pareja: novio, pareja estable u ocasional.

LA REGIÓN, ESTANCADA

En la comparación con el nivel de matrimonios o convivencias de niñas en América latina, el análisis de FEIM detalla que un 30% mujeres de 20 a 49 años se casaron o convivían antes de los 18 años y el 18% antes de los 15 años. En la región, el número de casos es más alto que en Argentina. El factor preocupante es que «permanece estable», mientras que en otras regiones con indicadores más altos, como Asia-Pacífico-, a partir de 1980 se registra un descenso de los matrimonios infantiles.

Según Unicef, una de cada cuatro mujeres jóvenes de América Latina y el Caribe se casa o une antes de cumplir 18 años. Esta cifra es la misma desde hace 25 años. De mantenerse esa tendencia, la región podría tener uno de los índices más elevados de matrimonio infantil del mundo.