Entrevista a Mabel Bianco: “Asesinan a una mujer cada 26 horas”
La presidenta y fundadora de FEIM sostiene que ha aumentado la violencia contras las mujeres durante la pandemia. Sostiene que la gran preocupación es cómo acompañar a las mujeres que ya fueron agredidas para que no vuelva a pasar lo mismo o que las maten.
Diario Clarín
Revista Ñ – 17/07/2020
Por Ingrid Sarchman
Quedarse en casa, significa en líneas generales protegerse de un virus para el que no hay vacuna, pero también, para muchas mujeres supone convivir con sus parejas violentas. En este contexto, la doctora Mabel Bianco, Presidenta y fundadora de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) conversó con Ñ acerca de las consecuencias de estas convivencias forzadas señalando que “sin duda ha aumentado la exposición a la violencia por parte de parejas, en el caso de mujeres jóvenes y adultas, y de familiares en el caso de niñas y adolescentes, por la convivencia en el contexto de la pandemia”. En esta misma charla señaló que en los últimos tiempos han aumentado las denuncias y pedidos de apoyo por violencia en las líneas 144 así como también en la 137 –que es la que concentra las denuncias por violencia y abusos sexuales. “También sabemos que la tasa de femicidios, travesticidios y transfemicidios superó la media histórica: se calcula que en la actualidad una mujer es asesinada cada 26 horas. Teniendo en cuenta que el año pasado, el promedio era una cada 30 horas y que, en el primer trimestre, esto lamentablemente bajó a 28 horas, en la actualidad podríamos decir que una mujer es asesinada casi por día”.
–Estos datos obligan a abandonar una mirada reduccionista que imagina a estas convivencias forzadas solo en las clases más bajas, en espacios hacinados o donde las mujeres no tienen la posibilidad de mudarse, ¿podríamos pensar a estas violencias de manera transversal? ¿Podría pensarse un patrón en común de violencias o desigualdades que se potencian en la intimidad del hogar en estos momentos?
–¿Qué diagnóstico hace del tratamiento mediático actual de los femicidios? ¿Cree que esta visibilidad en las pantallas ayuda a las mujeres a denunciar casos de violencia o por el contrario las amedrenta?
–Creo que la difusión de canales de ayuda, durante los meses de aislamiento, es algo útil en la medida que les dice que no están solas, que pueden pedir apoyo y ayuda. En este sentido, las redes sociales son muy útiles. Por ejemplo, con la difusión de los videos que circulan en los cuales las mujeres hacen llamados camuflados a la línea 144 o en código: hay uno donde una chica simula que llama a la pizzería mientras habla con la policía. También está circulando uno en el que la mujer se comunica con una amiga por videollamada y le avisa de su situación por medio de gestos con la mano, mientras su compañero está cerca. De esta manera, la amiga entiende que necesita apoyo. Existen muchas formas y son todas válidas a la hora de encontrar ayuda. Lo importante, más que hacer la denuncia, es pedir apoyo para poder cortar el riesgo. Muchas veces, el agresor percibe que lo están viendo o que alguien externo se da cuenta de lo que sucede y entonces frena. Por eso es bueno que aparezca una amiga o vecina en la escena. Cuando los casos son más graves, es necesario que concurra un equipo de seguridad o especializado.
–Otro aspecto mediático, podría ser la difusión de canales de ayuda y asistencia a las mujeres en situación de violencia. En algunos bancos nacionales, en el ticket que emite cuando se extrae dinero aparece una leyenda que recuerda que ante estas situaciones se puede llamar al 144. ¿estos canales son efectivos? ¿Aumentaron los llamados a partir de su difusión?
–Sí, además de la difusión de las líneas gratuitas, está la opción del Whatsapp, que es más efectivo porque las mujeres se pueden conectar sin ser oídas. Esto, en un contexto de aislamiento, donde se convive con el agresor los 7 días de la semana, las 24 horas, no es algo menor. Es útil y necesario ahora y antes. Siempre pedimos que se difundiera el 144 y ahora vemos con satisfacción que se reforzó el personal y se amplió la posibilidad al Whatsapp y al mail. Lo que nos preocupa es que, en todos los casos, ante el pedido de apoyo, pueda hacerse el seguimiento adecuado posterior al primer aviso. Creo que esto hay que reforzarlo. Después del primer momento, tenemos que seguir de cerca, ver cómo reacciona el agresor, a veces esa reacción es diferida. Porque esta es la preocupación principal: cómo se acompaña a esas mujeres para que no vuelvan a ser agredidas o lesionadas más gravemente.