¿Por qué «molesta» que las mujeres (famosas y no tanto) no quieran ser madres?

Medio: entremujeres.com
Fecha: 7.08.2016

 

Por Sabrina Díaz Virzi

«No necesitamos estar casadas o tener hijos para sentirnos completas», dijoJennifer Aniston hace unas semanas. En nuestro país, se armó una polémica alrededor de los comentarios de Cristina Pérez cuando aseguró que no quería ser mamá. Cuando el deseo y el instinto maternal se mezclan con una imposición social y el famoso «y vos, ¿para cuándo?».

 

«Y vos, ¿para cuándo…?» Los puntos suspensivos se pueden llenar, de acuerdo a la etapa de la vida de cada mujer, con novio/marido-casamiento/hijos, según corresponda. Si pasa más tiempo del «socialmente aceptado» y una mujer no llena los casilleros es, aun, cuestionada. Tiene que dar los motivos de su decisión, justificarse, porque no se llega a comprender del todo cómo llegó a esa determinación. Algunos van más lejos y aseguran que, con el tiempo (es decir, post menopausia), «te vas a arrepentir». ¿Por qué «molesta» que una mujer no quiera ser madre y, más aun, por qué debe dar explicaciones del caso?

En nuestro país, hace unos días la periodista Cristina Pérez, de 42 años, explicó por qué eligió no ser madre y se armó una polémica. Contó a la revista Gente un diálogo que tuvo con su ginecólogo sobre el reloj biológico, le repitió que no quería tener hijos y él le habló de congelar óvulos: «Le dije que no soy una oveja ni un cobayo de laboratorio», lanzó y ahí se armó una pelea mediática de bandos «a favor» y «en contra» de sus dichos.

«Algunos me miran como si fuera una monstruosidad. A muchos les cuesta entender que yo no quiera para mi vida el formato del matrimonio. Venimos de épocas en las que vivíamos en automático. Me pregunto si la gente se casa y tiene un hijo porque realmente quiere hacerlo o si lo hace porque todo el mundo se casa y tiene un hijo», dijo Cristina.

Si hablamos de presiones sociales y aledaños, solo pasaron unas semanas desde que la actriz Jennifer Aniston se quejó públicamente de estar harta de que le inventen embarazos una y otra vez. «La enorme cantidad de recursos que gasta la prensa simplemente para intentar dilucidar si estoy o no embarazada (por enésima vez) señala la perpetuación de esta noción de que las mujeres están de algún modo incompletas, son unas fracasadas o unas infelices si no están casadas y tienen hijos», dijo en una carta.

Y agregó: «Estamos completas con o sin pareja, con o sin hijos. Tenemos que decidir por nosotras mismas qué es bello en lo que a nuestro cuerpo se refiere. Esta decisión es nuestra y sólo nuestra. (…) No tenemos que estar casadas o ser madres para estar completas. Tenemos que definir nuestro propio y ‘fue feliz y comió perdiz'».

¿Un deseo o una obligación?

«¡Cómo si todas las mujeres estuvieran muriendo por parir! No lo creo. Nadie le pregunta esto a un tipo. Estamos pegados a este ideal de los años 50 de cómo la mujer debería vivir su vida», lanzó hace un tiempo la actriz hollywoodense Cameron Diaz.

«Tener o no hijos tiene que ser una decisión personalísima de cada mujer», dice a Entremujeres Monique Altschul, co-fundadora y directora ejecutiva de la organización Mujeres en Igualdad. «En nuestra sociedad quien se resiste a tener hijos es muy cuestionada y las mujeres que no quieren o no pueden quedar embarazadas son sometidas continuamente -en especial por sus familias- a la pregunta ‘¿para cuándo?’. Otras sociedades, como muchas de las europeas, ya aceptan con más naturalidad la opción de no procrear».

Mabel Bianco, médica y presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), opina que «la sociedad nos plantea un modelo de ser ‘mujeres’ o feminidad que todavía está centrado en ser madres; por eso, renegar de la maternidad está mal visto y no es aceptado socialmente», dice. «Es una decisión que le cuesta el doble porque la sociedad la ‘ve mal’ y entonces debe luchar contra esa discriminación que se traduce ‘en verla mal'».

«Es un tema que viví personalmente», confiesa Monique. «Hasta mis 21 años yo declaraba que no me casaría y no tendría hijos. Pero la vida me llevó a casarme y tener dos hijas, un hijo (¡todo, en 3 años!) y, con el tiempo, siete nietos y nietas», cuenta Monique. «Y jamás me arrepentí de haber cambiado de decisión. Es cierto que los lazos familiares insumen mucha energía, pero también nos cargan de vida, de entusiasmo y nos reponen esa energía con creces».

Madres trabajadoras, un desafío que no debería ser tal

Los últimos dichos de la artista serbia Marina Abramović (sobre que tener hijos hubiera sido un desastre para su carrera profesional) nos permiten llamar la atención sobre un problema concreto: la dificultad de las mujeres madres para insertarse y mantenerse en el mercado laboral. Como ya te contamos, según una encuesta de la Universidad Abierta Interamericana en colaboración con el Grupo RHUO, seis de cada diez mujeres trabajadoras dijeron que desarrollar una carrera laboral es un camino particularmente difícil para la mujer en Argentina y el 72% opinó que los lugares de trabajo no disponen de buenas políticas para facilitar la etapa de maternidad.

Y, tal es así, que existe una tendencia que indica que las argentinas están en retirada del mercado laboral. Una nota de Clarín explica que la participación femenina en el mundo del trabajo en 2015 fue del 66,6%, dos puntos menos que en 2012. Entre las causas, señalan la brecha salarial, la doble jornada (la externa y la doméstica) y el rol de cuidadora (de los niños y los adultos mayores).

«A las mujeres se nos ‘deja’ salir a trabajar porque se acepta que aportemos económicamente al mantenimiento de la familia pero, fuera de eso, el tiempo no laboral debe ser para el cuidado de hijos, las tareas domésticas, el cuidado de enfermos y/o discapacitados», señala Bianco.

Es que solo teniendo en cuenta la extensión de la licencia por maternidad/ paternidad de ambos padres (tres meses contra un par de días, salvo excepciones), podemos ver sobre quién recae el cambio de pañales…

«A ningún hombre se le plantea la disyuntiva ‘¿soy padre o sigo desarrollando mi carrera?’ La sociedad supone que el rol principal del hombre es desarrollarse, y no ser padre», agrega Mabel Bianco.

Más allá de que la mayoría pueda apoyar el hecho de que las mujeres trabajen, se desarrollen y se realicen profesionalmente, si no se les dan los medios y se les facilita el camino para que puedan hacerlo -compartiendo verdaderamente los roles y las tareas diarias y hogareñas con los varones-, siempre les será más difícil avanzar.

En este sentido, Andrea Gómez, psicóloga, psicoanalista y sexóloga, dice aEntremujeres: «Por una cuestión biológica, la mujer es la que ‘le pone el cuerpo’ a la maternidad: es la que va a tener al bebé, lo va a alimentar y necesita estar con su hijo. Si bien eso la ‘limita’ en cuanto a sus obligaciones o compromisos laborales, todo esto se alivianaría si el Estado ayudara prolongando los tiempos de licencia por maternidad o si estas licencias -además- fueran extensivas a los varones, para no quitarle tampoco al varón el derecho que tiene él, como su hijo, a compartir juntos los primeros momentos».

Es que aun avanzamos de a pasitos muy chiquitos: estamos en 2016 y con la tecnología que nos rodea el mundo se cree muy «moderno» pero, por ejemplo, recién hace unos días se nominó por primera vez a una mujerpara que compita por liderar la Casa Blanca.

 

http://entremujeres.clarin.com/genero/molesta-mujeres-famosas-quieran-madres_0_1625837528.html