La obstetricia, al banquillo: ¿es seguro dar a luz en casa?
Fecha: 26.07.2016
El debate alrededor de cómo celebrar el parto se transformó en una madeja informativa que necesita discernimiento
Parir, dar a luz, alumbrar. Allí todo evoca a pura vida, a algo único y trascendente. A nada oscuro ni sombrío y mucho menos criminal. Hoy en la Argentina desmalezar las ideas -sobre todo cuando trastoca los conceptos más profundos alrededor del nacimiento- es central paraordenar tanta sobreinformación, que desinforma.
Las últimas noticias instalan dos historias que no son tan antagónicas como parecen a primera vista: por un lado, la muerte de una bebé en un parto domiciliario, en la provincia de Neuquén. Y por el otro, la actriz y modelo Emilia Attias, embarazadísima, clama enérgica desde la tapa de una revista: «Voy a parir como toda hembra, sin anestesia».
Muerte en un parto en casa, un golpe al corazón
La noticia golpeó duro a los argentinos y la amplificación del caso vino porque la justicia -en este caso- actuó con celeridad.
La jueza penal del niño y del adolescente de Neuquén, Carolina García, hizo lugar al pedido del fiscal Maximiliano Breide Obeid e imputó por el delito de homicidio culposo a la madre y al padre de una bebé fallecida el pasado 11 de mayo durante un parto domiciliario en una vivienda del barrio Jardines del Rey de Neuquén capital.
La beba había ingresado muerta al hospital Bouquet Roldán de Neuquén y el padre y la madre, de 32 y 26 años, dijeron a los médicos que el parto se había desatado en forma imprevista. Pero la fiscalía de delitos violentos allanó el domicilio de la pareja y pudo comprobar que el nacimiento había sucedido en la casa.
La jueza García fue contundente en esta instancia preliminar de su actuación: «Analizando el caso, los padres no tuvieron en cuenta al bebé por nacer. Hasta las pruebas presentadas, ni siquiera realizaron un seguimiento, ni estudios obstétricos durante el embarazo. Y fueron conscientes de esto en todo momento», explicó la doctora García.
El caso instala otro debate colateral al del parto seguro: la criminalización del parto en casa o de cualquier otra forma de alumbramiento no convencional.
Sigamos intentando ordenar la (des) información. Se llama parto humanizado o respetado a toda situación que respete los derechos de la mujer paciente al momento de la llegada de su hijo al mundo. Pero lo que «altera las cosas» es que para muchas mujeres esto se contrapone con lo que propone el sistema de salud tradicional, que abarca técnicas y procedimientos invasivos del equipo médico, que muchas veces apura los tiempos del trabajo de parto y el exceso de intervenciones por cesárea.
En el año 2004 se promulgó en la Argentina la Ley Nacional Nº 25.929 conocida como de «ley de parto humanizado o respetado» pero cuyo nombre real es «parto seguro centrado en la familia«, que garantiza los derechos de padres e hijos durante el proceso del nacimiento. Hubo un «salto» en el tiempo que colaboró sin duda a la desinformación y a que el parto en casa se establezca como una opción más libre y menos contaminada, porque finalmente la Ley 25929 fue reglamentada en el año 2015. Once años después.
La ley cubre ampliamente los diferentes momentos del embarazo, parto y nacimiento. Y en su artículo 2 describe los derechos de la mujer en relación al embarazo, parto y posparto e incluye el concepto de control del embarazo adecuado. Incluso la ley 25.929 garantiza que la mujer elija la posición en la cual parir: puede pedir hacerlo en el sillón o estar acompañada por quien ella desee en ese momento.
El riesgo de criminalizar el parto
La doctora Dora Vilar de Saráchaga , subsecretaria de atención primaria de la salud del ministerio de Salud de la Nación explicó a Infobae: «La llamada ley de parto humanizado o respetado fue sancionada en el año 2004 -Vilar de Saráchaga participó de su sanción – y establece los derechos de los padres en los establecimientos de salud que tengan y exhiban condiciones óptimas».
Agregó Vilar de Saráchaga: «Hoy, esta especie de moda o tendencia sobre el parto domiciliario se la coloca en contraposición a un parto en un lugar médico; cuando lo primero que hay que entender es que un parto en una maternidad o clínica médica ya no es lo que era. Hoy los familiares acompañan y rodean a la parturienta , al igual que el padre que puede estar a su lado prácticamente todo el tiempo, sin soltarle la mano. Realizar un parto en casa multiplica el riesgo de muerte, tanto para la madre como para el bebé».
«Hay que saber que si bien el nacimiento es un acontecimiento de salud y amor, también es un momento muy vulnerable para la madre y el bebé. Justamente por eso aconsejamos las mejores condiciones de atención».
Para Mabel Bianco, médica especialista en salud pública y presidenta de FEIM: «El parto domiciliario es una costumbre peligrosa para la madre y su bebé. La ley 25929 se conoce poco y muchas veces no se respeta. Por eso, muchas parejas se entusiasman con la posibilidad del parto en casa. Es una tendencia que se está extendiendo en grupos con recursos, que el parto sea un hecho social de la pareja, realizado en la intimidad en la casa, pero esto exige medidas para asegurar que todo salga bien», alertó Bianco y explicó: «la excesiva medicalización del parto y los frecuentes hechos de violencia obstétrica ayudaron a preferir el parto en casa».
La obstetricia al banquillo: se reformula a tiempo
Las últimas noticias sientan a la práctica obstétrica en el banquillo. Un emérito en la materia alza su voz, con dolor . El doctor Miguel Angel Huespe, médico obstetra y jefe del servicio materno infantil del Hospital Santojanni puntualizó a Infobae.
«Los obstetras frente a las últimas noticias -el caso de la chiquita en Neuquén y el increscendo de algunas parejas por realizar el parto en casa – estamos dolidos. En cada acto médico sentimos con el alma la responsabilidad por el cuidado de la madre y el bebé durante el embarazo, el parto y el puerperio. Se trata del sentido más íntimo de nuestra tarea. Y frente al avance de esta especie de moda por el parto en casa o acuático e incluso llamado humanizado, nos interpela a los obstetras directamente»
Huésped apeló a la ironía para graficar su sentir: «qué piensan algunos, que los obstetras maltratamos a las madres y a los bebés, que les pegamos…el parto es un acto médico y la atención de los partos por parte de los obstetras comprometidos fue siempre humanizado. Hay que tener cuidado con banalizar el acto sagrado del parto».
«Con el paso del tiempo y los adelantos científicos, la evidencia médica nos hizo repensar algunos procedimientos del trabajo obstétrico: el uso de la peridural, la episiotomía, el afeitado de la zona vaginal», refrescó el doctor a cargo del servicio materno infantil del Hospital Santojanni.
Es cierto que -reconoció Huespe- que el parto en la institución médica estuvo rodeado de una sobremedicalización e intervenciones innecesarias que resultaron invasivas para la madre. Y antaño la poca participación familiar dentro de la sala médica.
«En la actualidad esto fue interpretado y revertido. Hay que jerarquizar a la maternidad centrada en la familia. La familia tiene el empoderamiento del cuidado perinatal y del parto».
«Ahora pensar en el parto humanizado, entendido como una madre sola en su casa sin red para dar a luz -en su domicilio, acuático o como sea- sin el equipo médico correspondiente que atienda cualquier complicación debería desterrarse», apuntó el doctor Huespe.
Quinientas mujeres menos por año
Las cifras que rodean el tema mujeres y partos son claras y dramáticas a la vez, sobre todo para trazarlas en pleno siglo XXI. Puntualizó Huespe: «el parto no es algo que realmente se pueda hacer fuera de una maternidad con un entorno médico apto; por la propia complejidad que conlleva para la mamá y el bebé».
Reforzó Huespe: «El número de mujeres que mueren en el parto crece en zonas pobres y vulnerables; allí se suman las enfermedades previas de la mamá, la falta de controles obstétricos durante el embarazo y/o situaciones como hemorragias y otras complicaciones que acontecen en el momento mismo del parto. Existe hoy una profunda inequidad a la hora de dar a luz entre una mujer en el NOA y el NEA y una del centro porteño».
En el mundo, las cifras no ofrecen mejor perspectiva: «mueren medio millón de mujeres por año por problemas relacionados al embarazo, parto y puerperio», concluyó el doctor Huespe.