En los medios

Fernanda Iglesias y la violencia: esa delgada línea entre lo público y lo privado

Medio: Entremujeres.com
Fecha: 30.06.2016

Por Sabrina Díaz Virzi

La periodista Fernanda Iglesias denunció a su pareja, el productor televisivo Pablo Nieto, por violencia de género. El día que tuvo que ratificar la denuncia faltó al programa «Nosotros a la mañana», del cual forma parte, y el conductor Fabián Doman y su equipo contaron al aire su historia. Cuando Fernanda regresó al programa, discutieron fuertemente en vivo porque ella aseguraba que no los había autorizado a revelar su problema. Insistió en que quiere proteger su privacidad y cuidar a su «ex pareja» -tal como ella lo llamó- porque no es «mala persona»: «no es un asesino serial», dijo la periodista al aire.

¿Sirve que una «famosa» ponga el tema en primer plano? ¿Puede ayudar a otras mujeres que están pasando por la misma situación? ¿En qué medida tiene sentido no hablar, no hacerlo público? ¿Cuánto puede costar el silencio?

«Cada mujer gestiona la salida de la situación en donde es víctima de violencia de género como puede, por lo que no se debe cuestionar la estrategia que una víctima puede sostener», opina Enrique Stola, médico psiquiatra feminista, a Entremujeres sobre la decisión de Doman y su equipo de «contarlo para protegerla» o «para que no vuelva con él». E indica que «ese ‘como puede’ tiene contenidos: mayor o menor claridad de los riesgos que corre, apoyos (o no) de familiares y demás afectos, recursos económicos y red de apoyo, etc.»

Público, sí; circo mediático, no

«Desde hace muchos años las mujeres feministas trabajan y han logrado instalar la fuerte idea de que la violencia contra las mujeres no es un hecho de instancia privada, lo que permitió avanzar en leyes para proteger y fortalecer los derechos humanos de las mujeres», dice Stola. Cabe recordar que hasta hace no tantos años seguíamos leyendo que un hombre que había matado a su mujer había cometido un «crimen pasional» -dando a entender que fue en alguna medida un acto de amor, que se volvió loco de celos- o que había «violencia doméstica» en un hogar cuando había golpes.

«Pero el que la violencia no sea de instancia privada, no significa que necesariamente toda situación deba ser de conocimiento de todo el mundo», indica el especialista.

«Me parece que ella no quiso hacer un hecho mediático con su denuncia, pero eso no es ocultarlo o dejarlo en lo privado, sino no hacer con eso un «circo» mediático, que es algo diferente», coincide Mabel Bianco, médica y presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM). «Sí tenemos que difundir lo que ella dice sobre lo que vivió y experimentó porque es muy rico para otras mujeres que están viviendo situaciones similares o las vivieron».

«Cuando una mujer hace público el nombre de su agresor está dando una gran mano a otras mujeres que no pueden hacerlo y también a las que desean acercarse a ese hombre violento», agrega Stola. «Hacerlo público es ponerle un límite a la violencia y, a la vez, aportar para destruir la validación que la dominación masculina y sus violencias simbólica, psicológica y extrema tienen en todas las sociedades. Hay un momento del proceso de fortalecimiento de la autoestima en donde hacerlo público solo trae beneficios en lo individual y social».

http://entremujeres.clarin.com/genero/Fernanda-Iglesias-violencia-publico-privado_0_1604839595.html