Comunicados

7 de abril, Día Mundial de la Salud: Construir un mundo más justo y saludable

Desde la Fundación para estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), este 7 de abril de 2021 celebramos el Día Mundial de la Salud y recordamos que la salud es un derecho humano inalienable.

Al respecto, Mabel Bianco, presidenta de FEIM, señaló: «No podemos aceptar las diferencias en el acceso a la salud que se observan y visualizan mejor con la pandemia entre países y al interior de los países. El sistema de salud pública debe ser reforzado en todo el mundo porque las pandemias  o epidemias exigen tener un sistema universal, gratuito y que permita atender las necesidades básicas de todas las personas sin las desigualdades que registramos durante la pandemia por el deterioro en que estaban los servicios públicos de salud”.

Destacamos, además, situaciones que venimos denunciando desde que se desató la pandemia por COVID 19 y que, en muchos casos, vemos que se agravan:

  • El COVID ha puesto en evidencia las desigualdades en el acceso a los servicios de salud, y eso incluye a los distintos grupos etarios, las distintas clases sociales y géneros y también a las regiones, grupos según raza, etnias y otras variables más desfavorecidas.
  • Si bien los adultos mayores son los más afectados por la pandemia, a un año de comenzar, vemos que está empeorando la salud física y psíquica de las personas mayores de 60 años y que no se garantiza el acceso a las vacunas a este grupo de riesgo así como el de personas de todas las edades y géneros, mientras que las tareas domésticas y de cuidado siguen recayendo sobre todo en las mujeres.
  • La distribución dispar de vacunas, donde se han visto claramente beneficiados los países del Norte por sobre los del Sur, ha sido es otra de las claras desigualdades que pone en evidencia la falta de solidaridad y el problema económico de su provisión, ya que los países con capacidad económica han comprado las vacunas a sus productores antes de su puesta a la venta y hoy son los que las acaparan.
  • La falta de acceso al trabajo, al agua potable, a la educación y las malas condiciones de vivienda afectan también la salud de millones de personas en el mundo más expuestas al contagio, con determinantes socio económicos que existían pre pandemia y que ahora se han exacerbado.
  • El colapso sanitario que experimentan una gran parte de los países de occidente habla de la falta de previsión y de la minimización de los riesgos de la pandemia por parte de numerosos gobiernos, y eso termina afectando a las personas con menores recursos.
  •  Las nuevas cepas están demostrando que ninguna frontera es suficiente para limitar la circulación del virus.
  •   Por eso es importante hacer un llamado a los gobiernos para que trabajen en forma mancomunada con el objetivo de que esta situación se revierta, y las organizaciones de la sociedad civil debemos presionar en esa dirección para que la salud sea un derecho para todxs.