FIN DE LA APARIENCIA – De la mano de las famosas, los cuerpos reales pasan al frente
(Por Emilia Vexler)
Celulitis. El «pecado» de quienes tienen ovarios. Mientras en la Argentina los centennialls ya cambian las letras a y o por la e, para hablar desde el lenguaje inclusivo, el cuerpo de la mujer sigue atrasando desde lo simbólico. Wanda Nara fue víctima de las críticas en las redes sociales por sus fotos sin photoshop en las playas de Ibiza. Y Jimena Barón fue «celebrada» por las dos que subió de su cola sin retoques a Instagram, para apoyarla. «Éste es mi culo bajo la fucking (luz) dicroica. Y lo amo también», aclaró.
Wanda respondió sin una palabra: con dos videos en bombacha mostrando su cola como siempre, totalmente lisa. Sororidad o refuerzo de estereotipos creados por la cultura machista, el país se quedó contando los pozos de cada una. Argentina está muy lejos de Estados Unidos y Francia en políticas de protección contra la violencia simbólica y mediática contra las mujeres. El debate está «al natural».
«Es una madre de cinco hijos ¿Cómo quieren que esté? Déjenla vivir». «Es una mala foto, con un cuerpo como el de la mayoría de nosotras». «Me hace bien verla con celulitis, es un alivio para mí». En esta nota no se incluirán los comentarios negativos. Pero para los expertos consultados por Clarín, los tuits citados más arriba también lo son. Parecen emanar cierta empatía pero -como explican- buscan «justificar» el cuerpo de la mujer sólo como «cuerpo gestante». O como el de alguien que se corrió de las normas de belleza machistas.
«Es un comentario patriarcal. Desde el concepto de que, como tuvo cría, tiene ‘justificado’ estar ‘mal’. Como que el fin de la mujer es eso, gestar, y hay un ‘buen cuerpo y mal cuerpo’. Con Wanda también saltó el dispositivo de control de señalar que si sos exitosa socialmente tenés que coincidir con cierto estándar de belleza. Le sacaron las fotos robadas, no las pudo retocar y salieron todos los drones a matarla. Ella sigue ocupando un lugar de privilegio respecto a mujeres que en la calle son insultadas por los kilos que tienen», explica la filósofa y activista XL Lux Moreno (31), que acaba de publicar Gorda vanidosa, donde habla de la gordura en la era del espectáculo.«Argentina es un país gordofóbico», sentencia.
«Yo no soy de retocar las fotos (me he sacado granos y ojeras, eso sí) pero no el cuerpo. Ahora… soy fantástica con la luz! debo admitir… algunas fotos son súper espontáneas y otras una búsqueda agotadora de la toma perfecta. Chicas, el juego de las fotos lindas esta genial pero por favor sepan que NO ES LA VIDA REAL. Querer verse linda para una sentirse bien esta genial, un MOLDE PERFECTO de linda NO está nada genial. Aquí yo recurrí a la famosísima y más CHOTA LUZ DICROICA para presentarles a mi celulitis en su máximo esplendor!», escribió Barón, junto a las fotos.
«Jimena quiere mostrar ‘la realidad’ pero ella es una persona que representa la imagen hegemónica, está re tuneada. Que muestre el culo así no es una postura política. Queda en lo empático», refuerza Moreno.
Quien sí milita en Estados Unidos por el fat acceptance (aceptación de la gordura) es la modelo de tallas grandes Ashley Graham. Desafió a Victoria’s Secret a que la llamara para desfilar como uno de sus ángeles. La invitación nunca llegó. Eso le costó a la marca de lencería la caída en su imagen por discriminación y una campaña irónica a nivel mundial para que no se compre su clásico combo: «3 bombachas para anoréxicas».
«Está la inclusión de esta modalidad de violencia (simbolica y mediática) en la ley, pero no en el reconocimiento y la sanción, tanto real como del público. Quiero decir que no tenemos muchos casos de denuncias legales de esta forma de violencia y no porque no ocurran, sino que no se denuncia -como sí pasa en Francia- tal vez porque no se reconoce como tal o se la minimiza, que es una forma de aceptarla», detalla a Clarín Mabel Bianco, presidenta de la Fundación Para el Estudio E Investigación De La Mujer (FEIM).
En la página del Instituto Nacional de las Mujeres INAM, que depende del Ministerio de Desarrollo Social, hay un correo electrónico para alertar «si ves o escuchás en los medios o redes sociales contenidos que refuerzan estereotipos, injurian, difaman, discriminan, o atentan contra la dignidad de las mujeres». El reclamo se hace a través del correo electrónico reclamosobservatorio@cnm.gob.ar. No hay datos públicos de cuántos denuncias se realizan ni de cuántas sigan su curso hasta una sanción.
En la Defensoría del Público, en tanto, detallaron a Clarín que tras el «efecto Wanda» en las redes ya hubo denuncias. «Empezamos a recibirlas desde varias localidades del país. Hablan de discriminación sobre la figura de Wanda Nara y los materiales (tuits que reprodujeron los medios, comentarios de conductores, fotos o ejes de notas) se encuentran en proceso de análisis interdisciplinario por parte del organismo (donde hay semiólogos y sociólogos). Sin embargo, es esperable, teniendo en cuenta la centralidad del debate sobre los derechos de las mujeres en la actualidad, que se hayan realizado coberturas del tema que analicen críticamente estas formas discriminatorias», aseguran desde el organismo que, al igual que el INAM, no tiene capacidad sancionatoria, aunque sí de guía.
Desde que existe hasta hoy, del total de reclamos presentados ante la Defensoría en relación con formas discriminatorias o estigmatizantes, el 44,6% están referidas a tratamiento inadecuado respecto de las mujeres.
Fede Romero es el paparazzi argentino más famoso de Punta del Este y habla con Clarín sobre el tema desde Mykonos, Isla de Grecia. Ahí tiene en la punta del flash, al natural, a Naomy Watts y a Izabel Goulart, la futura esposa del arquero del París Saint Germain, una modelo brasileña que sólo muestra fotos posadas a sus más de 4 millones de seguidores en Instagram.
«El que sacó la foto sabe que Wanda sólo publica las que sale espléndida. Vio que tenía la realidad y la envió a la revista tal cual salió de la cámara. El medio decide si quiere cuidar al personaje o no. En mis 10 años de paparazzi (acaba de cambiar de camino, hacia los eventos de lujo), siempre que supe que tenía una foto que iba a llamar la atención, la mandé. Es lo que más vende, en un diario de Inglaterra, en un portal yankee, o en una revista de Argentina. Pero siempre cuidé a los famosos, que siempre me respetaron», asegura.
En ese mundo todo cambia si quien sacó las fotos fue un fotógrafo freelance argentino o si se trató de uno extranjero que tiene contrato con el medio. «Si es exclusivo internacional, por un combo como el de Wanda puede recibir hasta 15 mil dólares», afirma Romero.
Por otra parte, Oriana Sabatini, líder de los «los centennials argentinos» no mostró la cola por Wanda. Mostró el cambio que se viene y que coexiste en las redes con los comentarios agresivos. «No debería ser noticia tener celulitis, ni estrías, ni un kilo de más. No se debería felicitar a una mujer por ser ‘más real’ después de tener cinco hijos. Una mujer es lo que es toda su vida, les guste o no. (…). Después esperan que las adolescentes no desarrollen trastornos alimenticios, pero del otro lado tenemos a todo un país sorprendido por verle un pozo de más a una mujer».