Violencia contra las mujeres y sida: dos desafíos para el desarrollo sostenible
Comunicado conjunto
Campaña «Las mujeres no esperamos. acabemos la vioelncia y el VIH YA».
(25 de noviembre de 2016)
El 25 de noviembre, ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y al VIH.
Los estudios nacionales sobre la violencia contra mujeres y niñas indican altos índices de prevalencia en América Latina y Caribe. Se registran todas las formas de violencia, incluida la sexual. De acuerdo a OPS/OMS, 1 de cada 4 mujeres sufrió alguna experiencia de violencia a manos de su pareja en esta región.
En paralelo, el VIH sigue afectando a mujeres y niñas en toda su diversidad. A finales de 2013, aproximadamente el 50% de las personas adultas viviendo con VIH a nivel global eran mujeres. Según ONUSIDA (2014), 540.000 mujeres con 15 o más años viven con VIH en América Latina, lo que corresponde a un 30% de todos los adultos que viven con VIH en la región. Se estima que hay 25.000 nuevas infecciones de mujeres por año. En el Caribe, 130.000 mujeres viven con VIH, representando un 50% de la población adulta total que vive con VIH. En 2014, se estiman en 5.800 las nuevas infecciones.
Sin embargo, aun en la mayoría de los países estudiados en la región las intersecciones entre violencia e infección por VIH son débiles o inexistentes, pues se desconocen datos e iniciativas gubernamentales que vinculen a ambas epidemias, para mayor integración de la dimensión de género en los programas de VIH y viceversa.
Este es el momento en el que los Estados deben prestar atención sobre la relación entre prevalencia de la violencia de género y el VIH. Mientras la violencia prevalezca, las mujeres se verán doblemente expuestas a esta pandemia. Asimismo, las mujeres que viven con VIH – en contextos de discriminación de género – son doblemente victimizadas, estigmatizadas, están en mayor riesgo de sufrir violencia obstétrica, abandono y pobreza.
La campaña “Las Mujeres NO Esperamos. Acabemos la violencia contra las mujeres y el VIH/Sida ¡YA!” desde 2008 ha evidenciado los vínculos entre las dos pandemias, produciendo datos y sensibilización sobre estos temas. Sin embargo, aún no se le ha prestado suficiente atención en cuanto a la implementación de políticas integradas, planes y servicios. Los programas públicos siguen tratando el VIH, la violencia contra las mujeres y la violencia de género por separado, resultando en una respuesta deficiente.
Las mujeres y las niñas de la región de América Latina y Caribe se encuentran en una particular vulnerabilidad al VIH, puesto que la violencia y las desigualdades de género limitan su autonomía personal en la toma de decisiones para la prevención del VIH y otras ITS, muy especialmente por lo que se refiere a sus derechos sexuales y reproductivos. Las mujeres tienen limitado acceso a los preservativos femeninos, las jóvenes continúan afectadas con embarazos no planificados, matrimonios tempranos y uniones forzadas, sometidas a rígidos roles patriarcales, desigualdades laborales y limitada participación política, que negativamente se reflejan en una ausencia de respuestas integrales.
Este 25 de noviembre y 1º de diciembre, fechas en que se inician las actividades de la campaña UNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y del Día Mundial del Sida, respectivamente, la campaña “Las Mujeres NO Esperamos. Acabemos la violencia contra las mujeres y el VIH/Sida ¡YA!” llama la atención sobre esta situación, la cual debe ser enfrentada por los Estados con políticas púbicas específicas para enfrentar los vínculos entre desigualdad de género, violencia contra las mujeres y el incremento de la prevalencia de VIH en esta población.
Estas medidas son necesarias para cumplir con la Estrategia de Montevideo aprobada en la XIII Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe, y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, todo lo cual exige la igualdad entre los géneros, garantía y respeto de los derechos integrales de las mujeres y las niñas.