¿En qué preciso momento ocurre el inicio de la vida? Para zanjar la grieta de un debate pleno y profundo sobre el aborto, lo único claro es que el origen de las disidencias radica siempre en la misma pregunta: ¿en qué momento ocurre el inicio de la vida? ¿Cuándo se produce ese start uptrascendental para el derecho, la ciencia, la religión -católica, judía, musulmana, entre otras- y el mundo académico?

El desafío más alentador para sostener una discusión acorde a los tiempos es visibilizar los diferentes puntos de partida y ampliar el debate, no cerrarlo.

La ciencia, que construye su camino hacia el conocimiento en base a certezas, con la consolidación de las técnicas de reproducción humana asistida dificultó aún más las cosas para comprender e investigar cuál es el preciso eslabón de ese despertar a la vida: tempranamente en la concepción, en la fase de la fecundación o en el estadio más avanzado de la implantación del embrión en el seno materno.

 Para la ciencia hay pocas dudas acerca de que todos -o la mayoría- de los códigos de vida están inscriptos en esa primera célula llamada cigoto.

El cigoto es considerada la primera célula fecundada y es el resultado de la unión de las células sexuales masculina y femenina, a partir de la cual se desarrolla el embrión de un ser vivo -tras la fecundación del óvulo por el espermatozoide- de dos células. El consenso científico demostró en los últimos años que la existencia de un ser humano comienza tras la fecundación.

En diálogo con Infobae, Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), precisó: «La discusión sobre cuándo comienza la vida es interesante porque con los avances científicos hay cuestiones que en vez de aclararse pueden confundir. Es evidente que debemos diferenciar entre la vida desde el punto de vista biológico-celular y la persona humana. Esta última es más que las células y esto es lo que claramente se reconoce en la legislación vigente».

«Desde el punto de vista biológico-celular, las células óvulo y espermatozoide cuando se unen generan el comienzo del proceso de la reproducción, lo que se considera la concepción«.

Bianco apuntó: «Y justamente a los fines del derecho la persona humana recién comienza al nacer. Por eso la ley recién considera a la persona cuando nace y no en la concepción».

Este 2016, el propio Papa Francisco fijó con eficacia la postura de la Iglesia católica con espíritu de época, e intentando provocar el debate en vez de evitarlo con la decisión de no castigar con la excomunión a las mujeres que deciden abortar.

Francisco anunció que durante la celebración del jubileo de la Misericordia que tiene fecha en diciembre, concederá a los sacerdotes «la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentido de corazón. Piden por ello perdón». El anuncio lo realizó a través de una carta dirigida a monseñor Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización.

«Una pena muy grave incluso más que para un homicida», opinó Mabel Bianco, presidenta de FEIM. «El papa hizo lo que la iglesia católica siempre debió haber hecho», sostuvo y agregó: «Independientemente de las creencias religiosas, las mujeres, cuando deciden abortar lo hacen por muchos factores que exceden sus propios deseos y circunstancias, por lo que es saludable que la Iglesia lo entienda y que promueva entre sus fieles que no se las ahuyente, ni excluya».

La mirada local del nuevo Código Civil 

El nuevo Código Civil y Comercial argentino articula de manera referencial con la Constitución Nacional y con los Tratados internacionales que tienen jerarquía constitucional.

Lo que establece la ley es que el derecho a la vida se protege desde laconcepción. El debate irresuelto y que ahora se posiciona y amplifica es desde qué preciso momento se produce la misma.

Para la legislación nacional, desde el momento de la concepción -que ocurre en el seno materno- esa persona ya es un ser humano y posee todos los derechos. Sólo los derechos patrimoniales los adquirirá irrevocablemente si nace con vida.

Consultada por Infobae, la abogada Daniela Arnolfo, experta en bioderechos, apuntó: «El punto álgido es que justamente la concepción es un término científico-biológico. Y no hay un criterio unánime -tampoco desde la ciencia- sobre cuándo se produce la concepción».

En la Argentina existen tres corrientes para estudiar y abordar el tema del inicio de la vida para luego, desde esas premisas, discutir el aborto.

La primera es la corriente del ovocito pronucleado, que plantea que desde el momento que el núcleo del espermatozoide ingresa en el óvulo hay concepción. Esta corriente defiende la vida desde su estadio más temprano.

La segunda corriente, que puede considerarse intermedia, se llama singamia. Es la fusión de dos gametos para crear un nuevo individuo con un genoma derivado de ambos progenitores. Y plantea que la vida humana comienza cuando se fusionan las dos células, existiendo un sólo núcleo y formándose así el cigoto.

Y la tercera corriente que propone una mirada sobre la concepción más tardía es la anidación; que dice que existe concepción desde el día 14 y en un medio adecuado el cigoto se prenderá en la madre (anidará). Quienes postulan esta corriente dicen que lo anterior al día 14 deber ser considerado pre-embrión.

Opinó Arnolfo: «Esta última corriente es extrema … y tiene mucho que ver con una mirada inclusiva hacia las técnicas de reproducción humana asistidas, bajo el concepto de que hasta que el embrión no anidó dentro de la madre, el cigoto no puede ser considerado una persona».

Arnolfo señaló a Infobae: «Existe un fallo trascendente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)- Arttavia Murillo contra Costa Rica- que dice que se produciría el comienzo de la vida con la anidación del embrión. Este fallo sentaría un precedente importante para el caso argentino».

Todo indica que se tomará como base la opinión de la CIDH para ahondar el debate académico y legislativo y conceptualizar cuándo se produce la concepción.

Algunas certezas de la ciencia

La biología molecular, la embriología médica y la genética arrojaron mucha luz para responder la antigua pregunta sobre el inicio de la vida humana.

La ciencia avala hoy que la vida empieza con la fusión del espermatozoide y el óvulo llamada fecundación (del latín, fecundare: fertilizar).

Manuales científicos sobre embriología como el clásico de Sadler Langman, utilizado para el aprendizaje del desarrollo humano inicial, explican de manera sencilla el proceso de la fecundación: «Una vez que el espermatozoide ingresa en el gameto femenino, los pronúcleos masculino y femenino entran en contacto estrecho y replican su DNA (o ADN)». Esa unión genera una nueva célula llamada cigoto.

Esa nueva célula posee una identidad genética propia, diferente a la de los que le transmitieron la vida, y la capacidad de regular su propio desarrollo, el cual, si no se interrumpe, irá alcanzando cada uno de los estadios evolutivos del ser vivo hasta su muerte natural.

Para el científico argentino Carlos Carrere, director médico de Procrearte y especialista en medicina reproductiva, el comienzo de la vida para la ciencia también es complejo: «Más allá de las discrepancias, entendemos que el criterio científico más claro es aquel que dice que la vida comienza con la implantación del embrión en el seno materno. Ahí se enciende la chispa. Nosotros sólo ayudamos a que eso ocurra», respondió a Infobae.

Durante las horas que dura la fecundación, el ADN de ambos progenitores se funde para alcanzar la estructura y patrón propios del nuevo individuo, y a la vez, con la fecundación se pone en marcha el motor de desarrollo embrionario con el que se inicia una nueva vida.

Ese nuevo ser vivo, ya un embrión, se divide después en dos células, cada una de ellas con una finalidad biológica definida; más tarde en tres, luego en cuatro y así sucesivamente hasta formar un organismo completo y estructurado.

Aborto y los debates colaterales 

El Comité contra la Tortura (CAT) de Naciones Unidas, el órgano de aplicación e intérprete más autorizado de la Convención contra la Tortura de 1984, ha estipulado que los Estados que tienen una prohibición absoluta del aborto en cualquier circunstancia exponen a mujeres y niñas a la situación de ser humilladas y tratadas con crueldad.

En América Latina esos países son siete: República Dominicana, El Salvador, Chile, Nicaragua, Honduras, Haití y Surinam. En conjunto, la región posee el porcentaje más alto de aborto inseguro en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según datos recientes de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) en la Argentina, hay mujeres en situación de embarazo, parto y puerperio que son maltratadas, criminalizadas y vulneradas en sus derechos humanos (violencia obstétrica).

En la Argentina la deuda pendiente es un debate interdisciplinario sobre el aborto: autoridades gubernamentales, legisladores y la sociedad en su conjunto. Cada día, cerca de 300 bebés nacen de madres de menos de 20 años, que representan el 15 por ciento del total de nacimientos de la Argentina. La mayoría de los embarazos en la infancia y adolescencia ocurren sin haberse planificado, es decir sin que la madre-niña haya podido decidir plenamente. Y como debate colateral aparece la violencia obstétrica como una forma de violencia de género y de violación a los derechos humanos de las mujeres muchas veces ignorada.

http://www.infobae.com/salud/2016/10/23/aborto-y-la-pregunta-del-millon-cuando-comienza-la-vida-humana/