Mabel Bianco en la cumbre del Women 7: El impacto del COVID en la salud de las mujeres

Invitada como Oradora Introductora, la Presidenta a FEIM se refirió a la situación de salud, los  sistemas de salud y la salud sexual y reproductiva en relación al impacto producido por la pandemia de COVID 19 y característicos de la situación preexistente a la pandemia y que requieren un cambio para ser superados en el post COVID 19.

El jueves 22 de abril de 2021, Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), fue invitada a participar de la cumbre del Women 7 (W7), dentro del proceso del Grupo 7 (G7), que reúne a Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y los Estados Unidos. 

La cumbre se realizó el miércoles 21 y jueves 22, en que se consideraron los temas prioritarios considerados por el W7 para promover y facilitar la Igualdad de género en el mundo  a través de políticas concretas. Se dividieron las participantes en seis grupos de trabajo. Mabel Bianco fue invitada, en su carácter de experta en salud e integrante del Comité de Liderazgo de la Coalición de Acción Autonomía Corporal y Salud Sexual y Reproductiva (SSyR) del Foro Generación Igualdad, como Oradora Introductora (Introductory Speaker) en el tema de Salud, sistemas de atención de la salud, medicamentos y Salud Sexual y reproductiva y el impacto del COVID 19. Así como los cambios a considerar para superar las desigualdades que la pandemia evidencio pero que eran prexistentes. 

La exposición de la presidenta de FEIM se centró en cuatro aspectos fundamentales:

  1. El impacto negativo que tuvo el COVID en la salud y especialmente en las mujeres trabajadoras del sistema de salud, atento las mujeres constituyen el 70 % del personal de salud y en su gran mayoría ocupan cargos profesionales o técnicos, como en enfermería, donde tienen bajos salarios –señaló Mabel Bianco-, eso genera que, al igual que otras profesionales, tengan dos o más trabajos y por lo tanto vieron sobrecargadas  sus tareas, lo que aumentó la fatiga y el agotamiento. A esto se suma que la mayoría tienen una familia y luego de culminar sus trabajos, asumen las tareas de cuidados de hijos y las tareas domésticas en sus hogares. La pandemia las afectó en forma significativa. Por eso se  propuso que los gobiernos desarrollen políticas y medidas que apoyen a esta y otras trabajadoras para cubrir las tareas de los cuidados no remunerados, especialmente el cuidado de niños, discapacitados, ancianos y enfermos crónicos. Además de revisar los salarios del personal de salud, especialmente de las mujeres y de las escalas más bajas de salarios”.
  2. “Los servicios públicos de salud fueron muy insuficientes en general para atender  la pandemia, esto en parte  por el abandono debido a años de baja inversión y deterioro de la capacidad instalada especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. Es necesario mejorar los servicios públicos de salud y disminuir la privatización que se promovió en los países de ingresos bajos y medios, ya que esto generó fuertes desigualdades en la calidad y tipos de servicios de salud accesibles a los distintos grupos de población. Esta desigualdad que existía previamente a la pandemia se hizo evidente y es un aspecto a modificar para poder lograr el derecho a la salud sea una realidad para la gran mayoría sin dejar a nadie atrás. Es fundamental que los países ricos, a través de la cooperación, apoyen la recuperación de los servicios públicos de salud en los países de ingresos medios y bajos, y así eliminar las desigualdades preexistentes pero que en vez de superarse se fueron profundizando.”
  3. Salud sexual y reproductiva (SSyR): En este punto Bianco señaló que “la pandemia y el remedio para su prevención: el aislamiento, impidió muchas mujeres, principalmente las adolescentes y  jóvenes, se vieron inhibidas de salir a buscar anticonceptivos y otros medicamentos, e incluso se inhibieron a concurrir a los hospitales a requerir esta atención por temor a ser rechazadas en la entrada por las fuerzas de seguridad por no considerar esta atención esencial y también por temor a contagiarse. Es así que aumentaron los embarazos  no intencionales y al solicitar la interrupción sufrieron el mismo rechazo por no ser considerado servicio esencial. La asamblea de la OMS, a mediados de mayo, en la que los ministros de salud de todo el mundo firmaron una resolución por la cual se estableció que los servicios de SSyR eran esenciales y se debía asegurar la continuidad de la atención, incluida la interrupción voluntaria del embarazo. Por eso es importante que los paises del G7 apoyen y reiteren el compromiso de considerar estos servicios esenciales. En muchos países, por ejemplo en Argentina, debimos hacer una fuerte campaña de información a los prestadores de salud, a las fuerzas de seguridad y al público en general para garantizar la continuidad de esta atención».
    “UNFPA realizó un estudio a nivel de la región de América Latina y el Caribe  sobre el impacto de la falta de continuidad en esta atención y el deterioro producido por la interrupción del uso de  anticonceptivos, calculando el costo que implica superar esto. En ese sentido alertó de la dificultad que se observaría en los países de la región de ALCA para poder cubrir el costo de la provisión gratuita de estos métodos y de cómo ello no permitiría recuperar el nivel de uso previo a la pandemia. Es por ello clave que los países del G7 continúen apoyando a través de la cooperación multilateral y bilateral la provisión de insumos de SSyR a los países de ingresos bajos y medios. Esto implica que asuman el compromiso  de la defensa de la autonomía corporal y la salud sexual y reproductiva de las mujeres y en consecuencia de contribuir a asegurar a todas las mujeres la SSyR garantizando el acceso a métodos anticonceptivos y la atención de la interrupción voluntaria del embarazo . La clasificación de la OMS de los servicios de SSyR, incluida la atención del aborto seguro, es un fundamento que no pueden ignorar los países del G7 y que deben apoyar en el resto del mundo”. 
  4. En relación al aumento de los medicamentos y su continuo incremento durante la pandemia, Bianco señaló: “Es un tema que debe ser considerado por el G7. Si en general el alto costo de los medicamentos es uno de los que más impacta en el costo de bolsillo de cada persona; generan una carga económica muy difícil de soportar para los grupos más vulnerables, que son los que más han perdido ingresos económicos y están hoy en la pobreza y la indigencia. Por esto es momento de revisar las reglas del comercio internacional y plantear la necesidad de suspender las patentes para drogas e insumos como las vacunas para que sean accesibles a toda la población. Este también debe ser un compromiso de los líderes del G7. Las vacunas para el COVID merecen una especial atención ya que aquí se esta verificando la mayor desigualdad entre países por la capacidad de los mas ricos de asegurar la producción de vacunas, mientras los de ingresos medios y bajos están esperando que incluso la OMS con el fondo de vacunas que organizó no puede cumplir las entregas porque no le entregan los laboratorios que tienen sus ventas comprometidas en países del Norte e incluso que las autoridades de los propios países han prohibido la venta internacional hasta cubrir sus necesidades. Esto ha generado en plena pandemia una ruptura de la solidaridad internacional que no se había registrado antes”.

1) https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA73/A73_R1-sp.pdf
2)  Se puede consultar en https://www.unfpa.org/es/news/estudios-muestran-un-alto-n%C3%BAmero-de-covid-19-en-la-esfera-de-los-derechos-en-materia-de-salud y en https://lac.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/3-Covid-SSRyPF_ESP%20(1).pdf