Ellas pueden contarlo: cómo se deja a un hombre violento

Medio: La Nación

Fecha: 8.09.2016

Por Micaela Urdinez

Esta semana Yanila Camila Ríos, de 26 años, publicó en su muro de Facebook su foto con la cara desfigurada después de que su ex pareja la golpeó. Él hoy está detenido. Y aunque cada vez sea más común detectar denuncias en las redes sociales, en los hechos divulgar el abuso sigue siendo la excepción a la regla.

La gran mayoría de las mujeres continúa viviendo la violencia puertas adentro. La esconde. Se calla. Se aísla. Se va pero regresa. Vuelve a confiar. Y el padecimiento continúa.

Según los resultados de la primera encuesta de percepción e incidencia sobre violencia contra las mujeres en las relaciones de pareja en la ciudad de Buenos Aires, sólo 3 de cada 10 mujeres que experimentaron situaciones de violencia doméstica lo comparten con alguien. Cuando lo hacen, es con una persona cercana, y sólo 1 de cada 10 acude a una institución pública. Corina Fernández y Karina Abregú sufrieron la violencia en carne propia y cuentan que para salir adelante es crítico atreverse a compartir el sufrimiento y pedir ayuda.

¿Cómo se puede salir entonces de una relación abusiva o violenta? Justo cuando el fenómeno crece y el año pasado un total de 286 mujeres fueron asesinadas. Según los registros de la Oficina de Violencia Doméstica, todos los meses se reciben entre 800 y 900 denuncias, y en el 97% de los casos son de violencia psicológica. En el 71% de esos hechos, el agresor es o fue pareja de la víctima.

«No hay un único perfil de mujer que atraviesa estas situaciones. Lo que sí tenemos que decir es que todas las mujeres frente a la violencia se avergüenzan y eso hace que no se animen a hablar de eso. Lo que es importante es mostrar esta diversidad de mujeres para que las que viven violencia se den cuenta de que no son las únicas», sostiene Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).

Miedo, vergüenza, dependencia económica, las creencias culturales, religiosas y familiares, la ideología del amor romántico, la naturalización del maltrato, la violencia como forma de vida desde siempre. Estos son sólo algunos de los motivos que llevan a una mujer a sostener un vínculo violento.

La trampa del silencio. Ésa es de la que tienen que salir. Evitar que el victimario pueda aislarlas y queden indefensas. Por eso siempre la primera consigna es que hablen, que pidan ayuda, que cuenten.

«Ella o quienes conocen el problema tienen que consultar en organismos especializados. No alcanzan las terapias tradicionales ni los tratamientos individuales. Los grupos de apoyo son muy estimulantes, sustituyen la falta de familia y dan apoyo y seguimiento para que alguien pueda hacer un cambio drástico en su vida», afirma Ferreira.

Itatí Canido, subsecretaria de Promoción Social del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, coincide en que todavía cuesta mucho asumir la violencia y hacerla pública. «Es algo que merma profundamente la autoestima de las mujeres. El círculo de la violencia se retroalimenta por períodos de enamoramiento y de paz, hasta que la mujer está en condiciones de decir basta. Siempre es muy importante pedir ayuda», señala Canido.

A veces el punto de inflexión llega con una golpiza extrema o cuando las violencia alcanza a los hijos. Estos pueden ser disparadores para que la mujer reaccione. «El tema es cómo explicarles que no hay necesidad de llegar a eso. Y que para evitarlo, las agresiones previas son delitos que hay que denunciar», explica Bianco.

Muchos de los indicios de las relaciones violentas arrancan durante el noviazgo. «Son las típicas alertas que aparecen en los primeros meses de relación: celos que atribuís al amor, cuando interfiere en tu privacidad o capacidad de decisión, cuando no te podés vestir como querés, no poder salir con tus amigas», sostiene Canido.

Lo que las paraliza es el miedo al después. Al estar solas. Al no saber dónde van vivir ni cómo. Los testimonios de mujeres que lograron salir de esta situación, muestran que si bien el camino es díficíl, se puede.

 

En qué lugares se puede pedir ayuda

Líneas gratuitas que atienden 24 horas y entidades que asisten

Hay una salida

En Facebook (Hay Una Salida, Asociación Civil)

Asociación Argentina de Prevención de la Violencia Familiar:www.aapvf.com.ar

Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer

feim.org.ar

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Violencia de género: de alcance nacional. Brinda contención, información y asesoramiento a quienes sufren la violencia de género en todas sus formas

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Atención a Víctimas de Violencia Familiar y Sexual, en ciudad de Buenos Aires. Ante una emergencia o urgencia, un equipo de psicólogos y trabajadores sociales llegan a la escena de violencia con la Policía

0800-666-8537

Atención a Víctimas de Violencia de Género. Ofrece información, orientación, contención y asesoramiento en aquellas temáticas relacionadas con la violencia doméstica, el maltrato y abuso infanto-juvenil

 

http://www.lanacion.com.ar/1935566-ellas-pueden-contarlo-como-se-deja-a-un-hombre-violento