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SECRETARIA DE SALUD
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Atención Post Aborto, un tema de
Salud Pública y
Derechos Humanos en el MERCOSUR
15 de noviembre de 2005
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Presentación
del Evento y objetivos.
Dra. Mabel Bianco, Presidenta FEIM
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Inauguración: Palabras a cargo
del
Dr. Donato Spaccavento, Secretario de
Salud. GCBA. |
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1º Sesión |
Avances en los países del Mercosur Dra. Leila Adesse, en representación de Maria Jose Araujo de Oliveira, Ministerio de Salud, Brasil
Dr. Gonzalo
Vidiella, Ministerio de Salud, Uruguay
Dr. Fernando
Vallone, Gerente Técnico, Dirección Nacional de Maternidad e Infancia,
Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, Argentina.
Dra. Daniela Daverio, Directora Gral. adjunta de Atención
Primaria de la Salud, Secretaria de Salud, GCBA. Coordina: Dra. Eugenia Trumper, Coordinadora
Programa de Salud Reproductiva y Procreación Responsable, Secretaría de
Salud, GCBA. |
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2º Sesión |
Atención del Aborto No Punible: un dilema
médico-legal
Dr. Aníbal Faundes, Prof. Emerito Universidad de
Campinhas, Brasil.
Dra. Alicia Lapidus, Jefa de Unidad Obstetricia, Hospital
Fernández, Ciudad de Buenos Aires.
Dra. Nelly Minyersky, Prof. Titular Facultad de Derecho,
Universidad de Buenos Aires.
Dra. Alejandra Tadei, Procuradora Gral. de la Ciudad de
Buenos Aires Coordina: Dra. Emilse Cassineli, Coordinadora Dpto. Materno Infantil, Secretaría de Salud,
GCBA. |
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3º Sesión |
El papel de la Sociedad Civil
Mariana Romero, CEDES, Argentina.
Alejandra López, MYSU, Uruguay.
Gilberta Soares, Red Nacional Feminista de Saude,
Brasil.
Marta Alanis, Católicas por el Derecho a Decidir
Córdoba, Argentina Coordina: Dra. Mabel Bianco, Presidenta FEIM, Argentina. |
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Clausura,
Dra. Mabel
Bianco, Presidenta FEIM |
Organizan:
Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer –FEIM-
INAUGURACIÓN
Presentación
del Evento y Objetivos, Dra. Mabel Bianco, Presidenta de FEIM
Buenos días. Deseo agradecerles muy
especialmente por estar hoy participando en este Seminario. En nombre de
quiénes lo organizamos, les pido disculpas por el cambio a último momento del
local, pero todos Ustedes saben que fue por motivos de fuerza mayor, debido a
un hecho político que conmocionó a esta ciudad. Pero el que hoy estemos aquí
reunidos casi 200 personas a pesar de esos inconvenientes es una muestra del
interés del tema. Porque la Atención Post Aborto así como la atención del
aborto no penado por la ley, son un problema de salud pública y derechos
humanos que requieren una solución urgente que evite las muertes y el
sufrimiento de muchas mujeres y familias de nuestro país y los países del
Mercosur.
Hoy transcurridos
dos años nos reunimos nuevamente para revisar los avances y las dificultades
que experimentamos y para aprender unos de otros y poder avanzar en la atención
en los servicios públicos de salud de las complicaciones por abortos inseguros
y de la atención de los abortos no punibles o eximidos de pena en la
legislación. Este es un imperativo de nuestros días, tanto desde el punto de
vista de la Salud Pública, como de los Derechos Humanos de toda la ciudadanía.
Actualizaremos
el tema en tres sesiones: la primera destinada a revisar las políticas públicas
y los programas y actividades que en Uruguay, Brasil y Argentina se han
desarrollado desde Noviembre 2003. La segunda para analizar los dilemas médicos
y legales que plantea la atención del aborto no punible en los hospitales
públicos, una deuda pendiente que nuestros países tienen. Porque las leyes son
de hace muchos años, pero todavía en nuestros hospitales cuando una mujer
solicita esta atención, a pesar de encuadrar en lo que establece la ley, en
general no se la atiende o se ponen muchos inconvenientes o se posterga la
solución inútilmente con trámites, como el pedido de autorización a la
justicia, que no corresponde.
Y en la tercera consideramos
el papel de las organizaciones no gubernamentales y fundamentalmente de las
redes y coaliciones de organizaciones de mujeres e instituciones de
investigación, que papel juegan y como han actuado en este periodo.
Como Subregión los
países del Mercosur, compartimos problemas como la persistencia de una
considerable mortalidad materna, debida en gran medida al aborto inseguro y
prohibido. Por eso no podemos segur ignorando esa realidad que por otra parte,
implica una injusticia inadmisible porque las que más lo padecen son las
mujeres pobres que no tienen dinero para conseguir una solución sin poner en
riesgo su vida. Por eso estamos conjuntamente gobiernos, profesionales de salud
y del derecho y organizaciones por la salud de la mujer compartiendo la
búsqueda e implementación de soluciones. Este no es un problema que puede
resolver solo alguna de las partes. Todos y cada uno debemos hacer nuestro
aporte a fin de acabar esta injusticia y no permitir más que sigan muriendo mujeres
por estas causas.
Quiero
agradecer a los panelistas que hoy nos acompañan, muy especialmente a los de
países vecinos del Mercosur. Y ahora le cedo la palabra al Dr. Spaccavento,
Secretario de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Inauguración:
Palabras a cargo del Dr. Donato Spaccavento, Secretario de Salud del GCBA:
Buenos
días. Desde ya el agradecimiento por participar de la inauguración de este
Seminario. A mí me parece un sueño poder en la Argentina, que es una sociedad
tan compleja, y en la Ciudad de Buenos Aires, que también está compuesta por
una sociedad tan compleja donde convivimos gente que estamos pensando en los
derechos humanos, en los derechos humanos de los que menos tienen, en los
excluidos, en los aferrados a estructuras y aferrados a principios que
produjeron un daño terrible a este país y a esta Ciudad Ustedes tendrán que
comprender que yo como Secretario de Salud de un Gobierno que está viviendo una
situación política especial, no puedo, no soy un esquizofrénico que tengo dos
personalidades y estoy hoy, después de todo lo que se vivió ayer, hoy vengo
deshojando margaritas a la inauguración de este seminario como si fuera un ente
apolítico, porque no lo soy. Y esto quiero remarcarlo porque esto sí es una
política de estado y representa el compromiso de un gobierno de la ciudad y de
un gobierno nacional que están impulsando y están apoyando a través, en este
momento, de estas instituciones y de mi presencia, esta política que tiene que
ver con derechos humanos, que tiene que ver con derechos que fueron postergados
y que fueron anulados y negados y combatidos durante años por muchos de los que
hoy están festejando en la Ciudad de Buenos Aires porque derrotaron,
aparentemente, la política que estamos defendiendo. Esto no es solamente un
problema técnico de la atención del post Aborto, es un problema político de concepción; o se está de este
lado apoyando con todo este tipo de política como lo está haciendo el Gobierno
de la Ciudad o, y después de haber pasado un día trajinado y un día duro en la
legislatura, o se está del otro lado esperando que venga Monseñor Baseotto y
sus secuaces a tirarnos al mar con una piedra en el cuello para que nos
ahoguemos. Por eso, a mí me parece que una cosa no puede ir separada de la
otra, que no se puede ser tan hipócrita de decir que yo estoy por un lado
contra este Seminario del Post Aborto y estoy de acuerdo con la atención
humanizada y los derechos humanos y, por el otro, estoy con la concentración
económica del poder, con el patoterismo, que estoy con romper con las
instituciones a toda costa. Creo que ustedes me deben permitir y deben aceptar
este análisis o este enfoque porque es inevitable.
A mí me da mucho gusto y mucha satisfacción
porque trabajé en este tema y en esta área en contra de muchas adversidades
durante muchos años de mi vida. Ya desde cuando era residente de obstetricia y
ginecología en el Hospital Argerich, que hablar del tema del aborto era hablar
prácticamente del diablo y que yo formaba parte del equipo del diablo y lo trataban
a uno como si fuera realmente el Ángel Negro. Hoy, después de tanto tiempo, ser
Secretario de Salud y estar acá hablando con todos ustedes y saber que hemos
avanzado en una forma democrática y vamos caminando hacia una sociedad cada vez
más tolerante, más amplia que entiende que ésta no es una cuestión de un sector
minoritario, sino que es parte y responsabilidad de toda la sociedad me parece
que hemos avanzado mucho. Hemos avanzado porque los que estuvimos siempre “perseguidos”
o discriminados por pensar de esta forma, hoy estamos acá, hablando con ustedes
y no estamos en el ostracismo tratando de seguir luchando por estos derechos,
que podría haber sido ese el camino. Pero también quiero decirles que se puede
volver del infierno, que estos pasos que se dan adelante no son pasos
consolidados, definitivos y que hay que defenderlos. Porque me parece que a
veces cuando conseguimos algo creemos que está todo bien y que vamos para
adelante y que nunca se puede volver al pasado. Siempre se puede volver al pasado.
Y la Argentina y la Ciudad de Buenos Aires, es un ejemplo bien clásico de eso,
puede venir, hoy podemos estar hablando de esto y puede venir dentro de algunos
años otra persona a hablar exactamente todo lo contrario.
Por eso, este camino, no termina aquí, recién
empieza. Recién empieza la lucha por estos derechos, recién empieza la
consolidación de estos conceptos, recién empieza el trabajo casi militante que
tiene que ser y que tenemos que hacer cada uno de nosotros para que esto sea
algo que nunca más vuelva para atrás, que esto sea un paso irreductible y para
que sea un paso irreductible tiene que tener un consenso en la sociedad
suficiente para que la sociedad, cuando elija sus representantes, sepa quiénes
apoyan estas políticas y quiénes no las apoyan.
Insisto, los trabajadores de la salud tenemos
una tendencia a creer que todo lo que sea político está como partidizado. Ésta
no es una cuestión partidaria, es una cuestión de política de salud. Nosotros
apoyamos esta política de salud pero defendámosla, defendámosla porque no todos
en la Ciudad y en el país, defiendan esto. No todos van a decir “qué bien que
se hizo un Seminario y qué bien que ya están hablando del aborto y qué bueno
que empezaron a hablar de la atención del post aborto, en algún momento van a
empezar a hablar del aborto y de la despenalización del aborto y vaya a saber
dónde terminan”.
Digamos, no crean que esto va a ser así
siempre. Esta mañana, hoy, ya, cuando alguien se entere, de esos que usan
paraguas cuando llueve en el Vaticano, cuando se entere alguno de ellos, va a
salir a darnos fuerte, porque van a decir: “esto es la apología del delito,
esto es........” Este Gobierno se la banca, este Gobierno está acá porque cree
en esta política, porque la vamos a apoyar durante los dos años de gobierno que
nos queda, porque estamos absolutamente comprometidos con esto y creo que cada
uno de ustedes lo debe llevar a sus
hospitales, a sus servicios, porque estoy seguro, absolutamente seguro que esto
no está consensuado en todos los servicios de los cuales ustedes provienen y
este es el trabajo que yo digo “militante” que tienen que hacer. Sepan que
tienen el apoyo del Estado, del Gobierno de la Ciudad, de la Secretaría de
Salud de la Ciudad y del Gobierno Nacional.
Sepan que ésta es política de Estado de estos
Gobiernos y defiendan estas ideas contra todos los que se les vengan encima
porque vamos a tener que ser muy fuertes y resistir embates. Estos derechos
adquiridos son derechos que hay que defender. Así que yo celebro –disculpen si
le di en vez de un tono técnico al tema, le di más bien un tono político-. Yo
soy el Secretario de Salud, un secretario político, no gané por concurso la
Secretaría de Salud, así que defiendo una política de salud y defiendo la
política de un Gobierno y me parece oportuno que hoy pongamos los puntos sobre
las ies y digamos quién es quién en esta Ciudad. Muchas gracias.
PRIMERA SESION: Avances en
los países del Mercosur
Leila
Adesse, en representación de la Dra. María José Araujo, Ministerio de Salud, Brasil.
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Dr.
Fernando Vallone, Gerente Técnico, Dirección Nacional de Maternidad e Infancia,
Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, Argentina
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Dra.
Daniela Daverio, Directora General Adjunta de Atención Primaria de la Salud,
Secretaría de Salud, GCBA:
Buenos
días. La verdad es que ya se ha dicho bastante, lo que yo quiero contar,
rápidamente es en qué estamos en la Ciudad de Buenos Aires. Realmente, después
de escuchar a los países hermanos estimo que tenemos bastante camino todavía
para hacer. Y solamente en esto adhiero a la posición del Secretario de Salud,
doctor Spaccavento, no solamente se necesitan decisiones políticas sino también
se necesita construir. Construir en el tiempo, porque una de las reflexiones
que quiero hacer es que vamos a estar bastante más cambiados cuando acá haya
más jefes de servicio, más directores, más gente, no solamente los que nos
vemos las caras siempre, los mismos que estamos siempre en todas partes, que es
la gente en general más comprometida con esta temática. Me parece que está en
todos, más allá de las decisiones políticas, empezar a hacer pequeños cambios y
discutir toda esta temática, llevar esta discusión a las áreas donde estamos
trabajando.
Nuestra Ciudad de Buenos Aires, que ustedes
saben tiene tres millones de habitantes y una pirámide de población más bien
envejecida con una base pequeña; la cobertura de obra social y de prepaga es en
general para los adultos y adultos mayores y las que tiene que cubrir el
Estado, la gente que se atiende en nuestros centros de salud, en nuestros
hospitales públicos es básicamente una población de pirámide bien ancha y una
población materno-infantil. Por eso se explica también que haciendo un análisis
en la Dirección de Estadística de los egresos realizados en el primer trimestre
de este año, el 40% de los egresos se lo llevan dos capítulos: uno que es el
del embarazo, parto y puerperio y otro que es él en que están incluidos los
egresos de niños sanos. Pero una de las cuestiones que a mí más me impresionó
cuando asumí esta gestión, es encontrarme, en su momento estaba tercero, ahora
lo veo cuarto, el aborto no especificado es la cuarta causa de egresos en
nuestros hospitales públicos de la Ciudad. De un análisis de 34.473 egresos, la
primer causa nacidos vivos, así que si tomamos dentro de las causas egreso de
mujeres en edad fértil, es la tercera causa de egreso. La segunda causa, con el
11,4%, es el parto espontáneo, el 7% se lo llevan las demás complicaciones de
embarazo, parto y puerperio y el 3,6% de los egresos en los hospitales público
de la Ciudad es el aborto no especificado. Si vemos dentro del total de egresos
terminados en aborto que fueron 1.370, el 79%, ocho de cada diez, fueron por
aborto no especificado. Y una de las cuestiones que también se refleja en
nuestra Ciudad y lamentablemente con el tema de abortos. El 60% de los abortos
o sea de los egresos por aborto se producen en nuestros cuatro hospitales de la
zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, que son el Hospital Piñero, el Santojanni,
el Argerich y el Penna. El resto de los siete hospitales tienen el 40% de los
abortos. Éste también es un tema interesante para discutir y plantear que en la
zona sur de nuestra Ciudad es donde hay más índices de pobreza y niveles de
necesidades básicas insatisfechas.
Una de las cosas que me sorprendió es cuando
veo estadísticas esto no está muy visualizado y no está analizado diariamente por
nuestros efectores de salud. Ni siquiera eran analizados por la Secretaría de
Salud.
Y en este sentido, me parece que es muy bien
visto en estas jornadas, que se llama el aborto es un problema de salud pública
y que nosotros lo tenemos que tomar como tal, nosotros desde las acciones de
salud, digamos de las políticas de salud, que se dictaron en esta gestión en la
Secretaría de Salud se hicieron varias cuestiones que adhieren a los puntos que
el COFESA comparte para disminuir la mortalidad materno infantil en todo el
país.
Se hizo mucho por mejorar la accesibilidad a
los sistemas de salud en la Ciudad de Buenos Aires, desarrollar el área de
atención primaria de la salud. En esto quiero hacer hincapié. Cuando escuchaba
al compañero uruguayo para llegar al punto del aconsejamiento pre aborto,
necesitamos que las mujeres vengan a consultarnos a los servicios de salud y a
los centros de salud. En este sentido, los centros de salud y según los equipos
que haya en cada centro de salud, tienen una relación más abierta y más
directa. De hecho, en muchos centros de salud y cuando yo trabajaba en ellos,
las mujeres iban y siguen yendo y como uno tiene un vínculo más desarrollado y
más continuo, no solamente para atender a la problemática de la salud
reproductiva o del embarazo sino para venir a atender a sus niños, se genera un
vínculo donde se puede preguntar y llegan a nuestros centros de salud y también
a nuestros hospitales la pregunta de cómo hacemos para abortar.
Y éste es un tema del que nadie sabe mucho,
ahora tenemos muchos más elementos, pero como está penalizado el aborto en este
país es un tema al que es más fácil darle vuelta la cara, como a algunos otros
temas que nos es más complicado abordar y es más complicado hacer el
acompañamiento con las mujeres que vienen a plantear esta problemática. Creo
que poder en este seminario empezar a discutir y a plantearnos esto y poder
trabajar conjuntamente y discutir e intercambiar opiniones sobre el tema del
aborto y sobre el problema que esa mujer o esas mujeres, al acercarse al centro
de salud o al hospital lo toman como un problema, ya es un avance muy
importante y, bueno, yo felicito a todos los que tuvieron la iniciativa, puedan
tomar esto y puedan continuarlo a lo largo del tiempo.
Otra de las cuestiones que también se hizo desde la Secretaría, fue generar
espacios de capacitación en los equipos. Hablamos de capacitación, también de
intercambio dentro de los equipos interdisciplinarios y de reflexión, también
con los mismos vecinos. Otra instancia que tuvimos también este año fue
aumentar la cantidad de capacitación o actividades con promotores de salud, me
parece que es un punto bastante importante. Nosotros tenemos pensado generar a
fin de nuestra gestión Consejos Locales de Salud. Que a nosotros nos lo dicta
la ley básica de salud que es un tema bastante complejo, complicado y con
alguna resistencia, pero estamos convencidos de que la salud de la Ciudad de Buenos Aires es un tema
de todos: de los que trabajamos específicamente en salud y de los vecinos que
viven y que trabajan en ella. Así que en esto también invito y me parece que es
una decisión de ir de apoco generando los Consejos locales de salud que van a
terminar siendo un apoyo para muchos temas de salud, para esta problemática.
Por último, para cerrar, quiero reflexionar
sobre el tema de que todo esto que dije tiende, no solamente cuando se habla de
la humanización de la atención, a mí me parece más acertado o más oportuno
hablar de la humanización de nosotros, de los servicios de salud. Si nosotros
planteamos que éste es un tema que tenemos que abordar, que estamos sensibles a
esta problemática y que la humanización, como que éste es un problema de las
mujeres de nuestra Ciudad, que empecemos a trabajar o sigamos trabajando más
fuertemente en esto y promovamos las consejerías pre y post aborto, que en todo
momento cuando se acerca una mujer al servicio de salud poder trabajar y poder
generar una vinculación para que pueda plantear todos las problemáticas de la
mujer en temáticas de salud y también acercarse y hacer un seguimiento del post
aborto, en especial en todos los hospitales, de todos los directivos, de todos
los secretarios de salud, de todos los jefes de servicio y de todo compromiso
que tenemos que tener para trabajar el tema como se merece esta temática.
Gracias.
SEGUNDA SESION: Atención
del Aborto No Punible: un dilema médico-legal
Dr.
Aníbal Faundes, Prof. Emerito Universidad de Campinhas, Brasil
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en Power Point
Dra.
Alicia Lapidus, Jefa de Unidad Obstetrica, Hospital Fernández, Ciudad de Buenos
Aires
Buen
día. Ante todo quiero agradecer a los organizadores de este Seminario la posibilidad
de estar hoy con ustedes. Intentaré compartir algunas reflexiones acerca de las
dificultades que los efectores tenemos: desde lo que somos, lo que vamos siendo,
en lo que nos vamos convirtiendo y cuáles son nuestras dificultades. La primera
empieza con que los que tenemos algunos años, venimos formados de un modo
especial, venimos formados en lo que no se puede, lo que es ilegal, lo que es
inmoral. Y les puedo contar desde mi experiencia en la formación como médica
legista, yo debo haber oído hablar de aborto criminal más veces que en ningún
otro momento de mi carrera de médica. Cuando se forma un médico legista, en
realidad se lo forma con la idea del aborto criminal, ni siquiera aborto
ilegal, sino “aborto criminal”. Puntualizo esta palabra porque es así.
Y además, distinguen claramente, una cosa es
ustedes como médicos, en el ámbito privado, en el consultorio, donde el secreto
profesional es una cosa y otra cosa son ustedes en el ámbito público donde son
funcionarios y tiene el deber de
denunciar, claramente separando una medicina de ricos y una medicina de pobres.
Pero uno no es dos personas, uno es el mismo en el consultorio y en el hospital
o intenta. Pero de todas formas no puede dejar de cargar todo esto que le
fueron enseñando y que le fueron poniendo a lo largo de los años. Entonces, debemos
ponerlo también en la situación de quién es el efector, yo que soy mujer, que
entiendo, que puedo estar de acuerdo pero que también de repente me agarra una
cosa como de miedo, yo no les voy a decir que no, les digo que es real.
La otra cosa es cómo definimos el riesgo para
la vida y la salud. El Código Penal es muy claro: riesgo para la vida o la
salud. Es hacer un mal para evitar un mal mayor al que uno es ajeno, perfecto.
Ahora ¿Qué definición tomamos? Cuando yo empecé mi residencia, la definición
era estricta “de vida”, pero de vida vida; la única causa que solamente había
por la cual se podía interrumpir un embarazo era una hipertensión pulmonar
materna que tiene un 50% de mortalidad materna, de cada dos una se moría, esa
era la única causa. Lentamente, estamos
tratando de empezar a poner y ponernos en nuestras cabezas el concepto no sólo
de vida sino el concepto de salud, que es un concepto muchísimo más amplio,
donde entran muchas cosas que también involucran a otra gente que tampoco les
gusta jugarse y poner la firma donde hay riesgo para la salud: asistentes
sociales, psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras. Es decir, todos los que de
alguna manera tienen que compartir una decisión médica dura, digamos, de la
medicina dura y que realmente nosotros como médicos necesitamos que nos apoyen
también, porque esta es una decisión de muchos.
El otro tema es el tiempo que transcurre
entre la solicitud y la aprobación. Todos tratan de lavarse las manos, de
patear para otro lado, vaya a ver este o aquel, y también, muchas veces, se
judicializa, que es un modo de sacárselo de encima y de que transcurra el
tiempo y que nunca se haga porque hasta que termina el proceso judicial, con la
aprobación o no aprobación ya pasaron tres o cuatro meses, y tenemos que
decirle: “no señora, lamentablemente es tarde”. En realidad esto es un intento
del equipo de salud, no digo una decisión médica, una decisión del equipo de
salud, ningún juez puede decidir sobre la salud porque no tiene saber sobre la
salud. Entonces tenemos que empezar a pensar nosotros que ésta es una
responsabilidad que de a poco, todo el equipo de salud tiene que empezar a
sentir que es una decisión propia y una responsabilidad propia.
Nada, por otra parte, se consigue si uno no
tiene cierta empatía con el hecho de ser mujer, de estar embarazada, de tener
dificultades de salud, dificultades de todo tipo. Lo otro que nos pasa y que
nos pasa a todos, es la subestimación de la capacidad de decidir del otro.
Mucho más nos pasa en el hospital porque en eso está la gran discriminación
entre medicina de ricos y de pobres. En el consultorio pensamos que nos
entienden y en el hospital pensamos que no nos entienden; en el consultorio
pensamos que puede decidir qué método anticonceptivo, en el hospital pensamos
que no, que ella no sabe, pero tampoco le explicamos cómo para que sepa o en el
idioma para que pueda contestar y la realidad es que uno se encuentra que
frente a esto -sobre todo ahora voy a
hablar dos palabras sobre el adelantamiento del parto que es con lo que
nosotros nos enfrentamos, por lo menos nosotros, más frecuentemente- están en
capacidad absoluta de decidir, si uno se sienta y dedica media hora, media hora
es mucho, exagero, 15 o 20 minutos, a explicar adecuadamente lo que pasa, darle
un tiempo para que decida, que después vuelva con su decisión tomada y están
absolutamente en capacidad de decidir. El otro, cuando yo puedo ver el otro
como “otro” que tiene tanta capacidad de decidir como yo y que yo no soy el
dueño de su vida es cuando puedo, quizás, ser mejor médico.
Y el adelantamiento del parto por las
malformaciones incompatibles, nosotros no lo tenemos incorporado en el Código
Penal, como decía el doctor Faundes ni todavía lo tenemos mentalmente
incorporado como un daño para la salud de la madre, por lo tanto, nos aferramos
a las herramientas que tenemos y la que tenemos es una ley de la Ciudad de Buenos
Aires, que es la 1004, que habla desde la legislatura del procedimiento a
seguir en situaciones de embarazo con patologías incompatibles con la vida. Y
nuevamente en esto tampoco hay ninguna indicación, ni que tengo que pasar por
un comité de ética, ni que tenga pasar por la justicia. Estas dos cosas las
recalco, porque hasta que uno pasa por estas dos instancias, ya que en una
anencefalia hacer esperar a la mujer 24 semanas, realmente es terrible. Con
otras patologías incompatibles con la vida a veces son necesarias las 24, 25 o
26 semanas para saber que es incompatible con la vida, pero con una anencefalia
a las 16 o 17 semanas, ya se sabe, y tienen que esperar; si además tienen que
pasar por un proceso judicial donde finalmente el juez nos dice “Decidan, yo no
puedo decidir”, o por un comité de Ética que se reúne una vez cada tanto. Lo
que sí uno debe y puede hacer es formar un equipo –en este sentido funciona muy
bien- tener un equipo de diagnóstico prenatal, porque entonces en el equipo
todos juntos toman la decisión de que es incompatible con la vida y ayuda de
alguna manera, porque para uno solo le es muy difícil tomar la decisión. Yo no
digo en una anencefalia, que es muy fácil, pero hay muchas otras malformaciones,
en las que es muy difícil cargar sobre uno solo la responsabilidad de decidir
que es incompatible con la vida antes de que nazca, entonces tener un equipo
ayuda. Nosotros tuvimos un caso que se resolvió la semana pasada y hasta el
neurocirujano del hospital firmó. Entonces firmamos, éramos cinco o seis que
firmamos, todos de acuerdo. Y la verdad es que después que nació ese chico,
sentimos que habíamos hecho bien, nos sentimos muy bien, porque además era
absolutamente incompatible con la vida y le habíamos hecho bien a esa madre y
ese padre, los dos estuvieron de acuerdo y les puedo asegurar que, a pesar de
lo mal que hablamos de los hombres, en este tipo de situaciones, los padres
están siempre o casi siempre apoyando.
Es una decisión donde los padres participan,
acompañan y apoyan, así que hay que tratar siempre de convocar al padre porque
nos da una mano en esto y la apoya a la mujer bastante, quien nuevamente en
esto es quien finalmente decide. Yo puedo decidir que es incompatible con la
vida, pero de ninguna manera puedo decidir que voy a adelantar el parto ni que
no lo voy a adelantar. Es como si tiene riesgo para la vida o la salud de la
madre, yo puedo decidir que tiene riesgo para la salud de la madre e
informárselo, pero no puedo decidir si ella quiere terminar o no su embarazo. Y
entonces ahí tenemos que darle el tiempo que ella necesita, el tiempo es
importante, pero es el tiempo de ella, el tiempo que ella necesite para tomar
su decisión, nosotros no tenemos que apurarla Tener la precaución de ir
juntando lo que dice la ley, no es demasiado, como para tener todo listo para
que ella tome su decisión libremente. Cuando toma su decisión, estamos allí
para ayudarla y acompañarla. Bueno, nada más.
Dra. Nelly Minyersky, Prof. Titular Facultad de Derecho, Universidad de
Buenos Aires
Buenos días. Yo creo que este trabajo
interdisciplinario que espero ya está dando frutos, nos encuentre para marcar
un camino y salir de una de las situaciones de mayor hipocresía social que
existe en nuestro país y en toda Latinoamérica. Cuando uno trata de estudiar
esta situación, y me viene a la cabeza, el otro día, Florentina Gómez Miranda
contaba que en un lugar de mucha pobreza se les preguntó a las mujeres cuál era
la enfermedad que más temían. Dijeron “el embarazo”. Quiere decir que esto,
cuando se habla de que el embarazo y estas situaciones que estamos escuchando
hoy, tienen que ver con la salud pública, más que notorio sería esto de que una
gran cantidad de seres humanos consideran al embarazo como la “enfermedad” a la
que más temen. Entonces yo creo, una vez más, que nosotros tenemos la
obligación y me admira cómo van caminando los colegas, en Brasil y en el
Uruguay, en cuanto a hacer realidad el marco jurídico que rodea esta situación.
A lo mejor en la Argentina no avanzamos tanto como debiéramos pero no olvidemos
que dentro del marco legal que tiene referencia con el tema aborto, están las
leyes de derechos reproductivos, que por suerte se dictaron en nuestro país. Por
suerte en algunas provincias se han reglamentado, funcionan con sus más y sus
menos. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hemos caminado.
¿Qué hacemos para que termine esta situación
de hipocresía y discriminación? Yo creo que nos hemos dejado llevar, por
centrar y focalizar todo el tema del aborto en aquello que le interesa a un
sector mínimo de nuestra sociedad, que son las estériles discusiones sobre cuál
es la naturaleza jurídica del embrión y qué pasa , qué hay, porqué considero,
hay vida humana, es persona, no es persona, y creo que ese es uno de los temas
que no debemos abordar porque es uno de los temas en los cuales no hay consenso
social y por eso no es correcto que esté la interrupción de un embarazo, en
determinadas circunstancias, dentro del campo del Derecho Penal. Recién la
escuchaba a la doctora Lapidus y decía cómo se enseñaba, yo también, hasta los
que somos abogados o médicos tenemos, muy incorporado, más de lo que creemos,
el aborto como un delito. Y como si hiciera a la esencia del aborto el hecho
que sea algo del Derecho Criminal. Y no es así.
Miren ustedes, cuando pensamos que un
homicidio es un delito y a ninguno de nosotros se nos ocurriría pensar o
sostener que el homicidio debe dejar de estar en el Código Penal. En cambio,
muchos de los que estamos acá presentes, muchos tratadistas de alto nivel,
consideran que el hecho de que existe vida humana y esa vida humana en
determinadas condiciones se interrumpa, no quiere decir que tenga que estar
penalizado. Pruebas al canto, es lo que pasa en muchísimos países donde no ha
habido catástrofes sociales o económicas, o si las ha habido o las puede haber,
no se deben a la legalización del aborto en determinadas condiciones. Nosotros
tenemos dentro de nuestro espectro y esto me interesa señalarlo porque creo que
si voy a trabajar el aborto no punible también debo desacralizar una serie de
conceptos que van a posibilitar que se realice el aborto en nuestro país dentro
de los términos del artículo 86 del Código Penal.
Rápidamente voy a decir todas las normas
constitucionales que existen en nuestro país y que nos permitirían perfectamente
despenalizar el aborto o tener una concepción distinta y más amplia del
artículo 86 que contempla el aborto no punible en nuestra legislación penal.
Nosotros tenemos varias normas que se han dejado de lado o no se ha invocado
debidamente en la Constitución y que nos dan fuerzas cuando queremos ver cómo
podemos encontrar la vía para resolver el tema del aborto. Una es el artículo
19, dice: “Las acciones privadas del hombre que de ninguna manera ofendan al
orden ni a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero están solo reservadas
a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados”. Si yo no asumo o considero
que esta divergencia de ideas respecto a que esa vida humana que hay a partir
de la concepción y en determinadas circunstancias, realmente no estoy
haciéndole un daño a otro y éste es uno de los principios básicos del Derecho,
que es por qué se criminalizan determinadas conductas, por qué hay un daño a un
tercero.
Otro de los temas que me interesa trabajar es
–como hay poco tiempo lo voy a decir sumamente rápido- el tema, se ha invocado
frecuentemente el tema que nuestro Código Civil dice que “hay vida desde la
concepción”. Si yo cito parcialmente un artículo, puedo decir: “es cierto”.
Lástima que el mismo Código Civil me dice que “para que exista persona tiene
que nacer” o sea, necesita el “requisito de la viabilidad”, palabras textuales
del Código Civil porque si no es como si no hubiera existido. Entonces hay una
serie de articulaciones jurídicas que rondan alrededor de nuestras ideas. Otra
es muy importante, el famoso artículo cuarto, inciso 1°, del Pacto de San José
de Costa Rica, que dice que se debe respetar el derecho a la vida y en general
dice desde el momento de la concepción. El Pacto de San José de Costa Rica es
un instrumento de consenso, deja puertas abiertas porque en general, tiene una
significación y tiene una significación justamente cuando se trata de
situaciones dilemáticas, porque en este caso, todos estos puntos han tentando a
defender a una de las partes, entre comillas, de este dilema.
Y muy pocos nos hablan de todos los derechos
constitucionales que tiene la mujer y, sobre todo, a partir de la Constitución
de 1994. Desde el derecho, digamos, la Convención contra todo tipo de
Discriminación Contra la Mujer, en el artículo 12, el derecho a la salud de la
mujer, que nos habla, que tienen todos los derechos en relación a la salud en igualdad de condiciones que el
hombre; el derecho a la planificación familiar del artículo 16. Para aquellos
que no son conciudadanos les aclaro que todos los pactos de derechos humanos
están en nuestra Constitución y fueron incorporados, tienen jerarquía
constitucional. Y cuando se invoca la Convención de los Derechos del Niño por
la reserva que hizo la Argentina, es exactamente lo mismo, porque la reserva
desde el punto de vista técnico legal es una manifestación, pero no forma ni
integra el nivel constitucional que tienen todos los otros derechos que trae la
Convención.
No los quiero aburrir con este tema y para
referirnos rápidamente, esto lo quería señalar porque creo que nos va
ilustrando, nos va ampliando la cabeza y hasta tanto logremos una reforma, una
modificación de cómo trata el aborto nuestro Código Penal y tengamos todas las
condiciones, ya sea a nivel de una legalización, entre comillas, “legislativa”,
o a través de la creación de servicios para
que atiendan a las mujeres que solicitan un aborto, debemos también
luchar para que se cambie, como recién bien lo señaló la doctora Lapidus, todo
el tema de la atención obligatoria que tendrían que tener los médicos cuando se
trata de un aborto no punible. Algunos elementos les voy a suministrar que
tendrían, de cómo darles a los médicos elementos para que se sientan
habilitados para poder atender los abortos no punibles. Quiero recordar al maestro
Bidart Campos, por que uno de los temas de los que estamos todo el tiempo hablamos,
en última instancia hablando del derecho a la salud. Bidart Campos decía que el
derecho a la salud no estuvo nunca previsto en la Constitución, no está
previsto directamente ni en la Constitución de 1994. Está previsto a través del
derecho a la vida y de la incorporación de los tratados e indirectamente en las
artículos 41, 42. Pero él decía esta universalización de los derechos humanos de distintas
generaciones nos lleva a tener que darle al derecho a la salud contenidos
nuevos.
Y me voy a permitir rápidamente referir también,
qué es el derecho a la salud actualmente. ¿Es el derecho a no estar enfermo,
nada más? La OPS, la OMS, a través de
obligaciones que contrae también, a las que adhiere nuestro gobierno, nos da
una pauta de camino totalmente distinta. El derecho a la salud no es nada más
no estar enfermo, es estar plenamente sano y plenamente sano cubre integridad
física, corporal, psíquica, moral. La salud abarca
análoga integridad para que la persona
se instale en una situación de bienestar abarcativa de todas esas facetas que
componen la compleja personalidad humana. Otro tema, siguiendo y citando a
Bidart Campos, porque a veces son derechos que se nos piden y hablamos de
derechos en una forma poco elaborada. Él nos habla del derecho al desarrollo
que también tiene cada ser humano, titulariza un derecho personal a
desarrollarse integralmente. Ahora ¿Cómo nos movemos para que todo esto pueda
fructificar? Tenemos otros elementos aparte de todas las normas
constitucionales. La propia ley, el propio artículo 86. Ustedes saben que
nosotros actualmente nos regimos por una norma que tiene 84 años –nosotros
vivimos así, con nuestras leyes que duran y duran, esta ley fue sancionada en
1922.
En 1922 posiblemente para América Latina era
una ley, a lo mejor, de avanzada, pero como muchas veces nos pasa con las
leyes, a veces por falta de control de la ciudadanía y se imaginan en 1922,
esta ley salió con una confusión como generalmente salen todas las leyes que se
refieren a derechos de la mujer, que es un interesante estudio que se puede
hacer de sociología jurídica. Cuando se dicta la ley decía así: “El aborto
practicado (en cuanto al aborto no punible) practicado por un médico diplomado
con el consentimiento de la mujer encinta no es punible 1) si se ha hecho con
el fin de evitar peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro
no puede ser expeditado por otros medios; 2) si el embarazo proviene de una
violación o de un atentado al pudor cometido sobre mujer idiota o demente” (en
este caso no tiene importancia el consentimiento debe prestarlo por el
representante legal). Ustedes se dan cuenta que el 2° párrafo, tiene cosas absurdas: nadie queda embarazada
por un atentado al pudor, es una mala traducción, mezclaron normas del Código
alemán, pero lo cierto es que todavía no es tan sencillo que un médico haga un
aborto porque hay de por medio una violación. Y ojalá nosotros estuviéramos como
en Brasil.
Nuestra jurisprudencia es tan retrógrada que
tenemos el caso paradigmático de una niña que está internada en un instituto,
que tenía las características de demente, violada dentro de un instituto del
Estado, que la madre pidió el aborto y nuestros asesores de menores impidieron
que un médico que había aceptado hiciera el aborto. O sea, que todavía se
discute que la violación, si hay fallo solamente se puede autorizar el aborto y
considerarlo no punible, si la mujer es demente, o sea que en esto estamos muy
atrasados pero sí podríamos incorporar el tema de la violación al inciso 1°. El
inciso 1° decía que si se ha hecho con el fin de evitar peligro para la vida o
la salud. Con un concepto distinto de salud, hay fallos sobre interrupción de
embarazo o ligamento de trompas que pueden asimilarse en cierto modo, que han
dado un paso adelante importante. El Doctor Hoft, en mar del Plata tiene unos
cuantos fallos en los cuales se va más allá y también dentro del concepto de
salud se consideran las condiciones socioeconómicas.
Por qué digo que el concepto de salud hoy en
día no es tan rígido ni estricto en nuestro país o no debería serlo y tendría
que ampliarse en esta forma. Como un elemento paradigmático de qué pasa cuando
no hay estado de derecho y tenemos dictaduras en nuestro país, en dos etapas
distintas de nuestra historia legislativa, este artículo fue modificado en el
sentido de agregar la palabra “grave” en el artículo. Entonces, se puso en el
año 1967, gobierno de Onganía, se introdujo la siguiente modificación: “El aborto
practicado por un médico diplomado no es punible si se ha hecho con el fin de
evitar un grave peligro para la vida o la salud de la madre”. Y si este
peligro, con lo cual el peligro grave o no, me sirve para las dos situaciones,
peligro para la vida o la salud. Después se volvió a modificar nuevamente el año 1976, con el Proceso,
volvió a introducirse la palabra grave que fue en uno de nuestros cortos
períodos de estado de derecho, eliminada. Esta historia tan negativa y nefasta,
sin embargo nos puede ser útil cuando queremos darle un marco a los médicos que
los tranquilice y no les dé tanto miedo el tema del aborto no punible.
El doctor Vallone ya presentó la Guía, yo les
digo que esta Guía encuadra dentro del mismo marco de la Constitución. Es una Guía
que no tiene nada para ser atacada, es la puesta en práctica de los tratados de
derechos humanos y quiero decir más, merece también nuestra atención dedicarle
a los médicos pautas de tranquilidad en relación al tema del secreto
profesional. Frente a que es una situación dilemática que nuestra
jurisprudencia cada vez más está pronunciándose por que el médico no tiene
obligación de denunciar cuando en las atenciones post aborto, que es uno de los
lemas de este encuentro, y no sólo eso sino que también rechaza las acciones,
plantea la nulidad de las querellas que se practican, digamos que se inician
contra la mujer que acudió a un servicio médico. Cuando estudiamos la
jurisprudencia a veces pensamos cuánto nos cuesta llegar a algo, en el famoso
fallo de Natividad Frías, que es del año 1966, que hizo historia. Es un
Plenario que para nuestra Ciudad, por lo menos, y que para todo el ámbito
federal tiene trascendencia, realmente los jueces decían cómo se le puede pedir
a una persona que se enfrente a un dilema tan espantoso como “o me muero o voy
a la cárcel”, entonces en ese dilema hay una prioridad básica de la atención,
el médico tiene obligación de atenderla y no solamente obligación de atenderla
sino que tiene obligación de proceder
como dice la Guía.
Recordemos a Bidart Campos hablándonos del
derecho al desarrollo de una persona, tenemos los profesionales la obligación
de explicar y enseñar todo lo que sabemos nosotros para que estas personas
puedan tener un mejor vivir. Creo que es un camino, yo la verdad felicito a FEIM
y a todos los organizadores porque esto es lo que tenemos que hacer para
terminar con un derecho penal que no sirve a nadie. Les puedo decir lo que pasó
en España, donde hacían 100 mil abortos, y solo 10 procesos. O sea, si hay una
ley penal ineficaz desde el punto de vista que cese la conducta de aborto son
las leyes que penalizan el aborto, por eso debemos terminar con esta falacia.
Gracias.
Dra. Alejandra Tadei,
Procuradora General de la Ciudad de Buenos Aires
Buenos
días. También agradezco a los organizadores haberme invitado y me parece que
ésta no es una mesa muy polémica porque todos o todas tenemos las mismas
posturas. Antes de contar un caso que sirve de introducción al tema, voy a
decir que con la exposición de la doctora Lapidus se me aclararon algunas
cosas, puesto que yo soy abogada e intuía cuáles pueden ser las pautas de
formación de los médicos en esta materia o sus aproximaciones o cómo reciben
cuando estudian en la facultad y en la especialidad el tema del aborto y nunca
lo tuve tan claro como cuando ella lo explicó. Pero en realidad, con nuestra legislación
actualmente vigente, no se explicaría tanta duda y tanto temor para realizar
abortos no punibles si no lo insertamos o si no lo tratamos de ver dentro del
marco de esta formación profesional. Por supuesto no sólo en la Facultad de
Medicina sino también la de Derecho y una serie de prejuicios que están muy
involucrados en esta temática.
Como Procuradora General de la Ciudad me tocó
dictaminar el año pasado en un caso típico en este tema, me parece muy claro.
Se trataba de una consulta que había llegado a través de la Secretaría de Salud
a la Procuración, que es el órgano que por la Constitución de la Ciudad
dictamina sobre la legalidad de los actos de gobierno. Una consulta que venía a
nosotros a través de la Secretaría de Salud derivada de la Dirección de la
Maternidad Sardá, donde nos preguntaron cuál era la conducta a seguir. El caso
se trataba de una señora que padecía de una osteogenesis imperfecta de grado 4,
que tenía el tamaño de una niña de seis años, medía 90 centímetros y pesaba muy
pocos kilos, 20 kilos, creo. Creo que estaba en el momento que llega a la
Maternidad embarazada de 7 semanas, había cinco servicios de la Maternidad que
dictaminaban en el sentido de que el avance del embarazo, la prolongación del
embarazo ponía gravísimamente en peligro la vida de la madre puesto que dada su
conformación física no tenía lugar para alojar el feto. Esto estaba escrito
tanto por el servicio de obstetricia como por el de cardiología, bueno, pasó
por cinco servicios del hospital la recomendación de que ponía en serio
peligro, casi la certeza de la muerte de la madre, la prosecución del embarazo.
La señora había prestado el consentimiento informado que también certificaba el
Comité de Bioética del Hospital. Es decir que se encontraban cubiertos todos
los requisitos más evidentes establecidos en el artículo 86, inciso 1 del
Código Penal para configurar el caso de aborto no punible. Y en este caso se
encontraba más que acreditado el peligro de la vida de la madre y ya ni
siquiera era un caso de interpretación de la salud psicológica. Por supuesto,
la señora solicitaba y había prestado el consentimiento informado y solicitaba
explícitamente la interrupción de su embarazo. Así y todo esto no se realiza
inmediatamente, cuando llega la consulta a la Procuración la señora ya estaba
cursando la semana 11 del embarazo, o sea que habían transcurrido cuatro
semanas desde la configuración del expediente hasta que había llegado a mi consideración.
Y en realidad, por supuesto que la
Procuración de la Ciudad como también los abogados venimos con esto de que
cuando menos nos hagamos cargo de las cosas, mejor, y cuando más le podemos
pasar la responsabilidad a otros es más seguro. Venía con un proyecto de
dictamen (en la Procuración hay muchos abogados, el Procurador firma, en
general, lo que le van trayendo), venía con un proyecto de “vamos a pedir
autorización judicial” cuando es bien sabido que la jurisprudencia dice que el
juez no tiene que autorizar nada porque es el médico el único que puede saber y
dictaminar si existe o no existe ese supuesto fáctico, es decir, el peligro
para la vida de la madre en este caso que autoriza a realizar el aborto. Por
supuesto que nosotros cambiamos el dictamen e indicamos que no sólo podían
hacer el aborto, sino que en esa situación debían hacerlo puesto que si no lo
hacían, estaban acreditadas todas estas circunstancias, iba a haber
responsabilidad médica por mala praxis, por negligencia, porque si esta señora
se moría y se moría después de que todo el mundo había previsto que se iba a
morir, los médicos podían ser culpables. Y yo no los quiero asustar, de una
mala praxis que llevara a homicidio culposo, obviamente muy diluida la
responsabilidad porque todo el mundo se pasaba la pelota. Iba a quedar diluido
entre todos los que habían intervenido pero, y esto es lo que yo escribí en el
dictamen, si no se requiere autorización judicial debe practicarse si las
circunstancias están probadas y están acreditadas, en estos casos debe
realizarse la interrupción. En este caso se realizó y la señora sobrevivió,
creo que técnicamente al final indujeron un parto.
En realidad quiero analizar cómo funciona el
prejuicio, porque por teléfono yo hablaba con el director de la Maternidad y le
decía: “¿Usted pide permiso cada vez que amputa una pierna, un brazo, cada vez
que realiza una operación a corazón abierto? Me contestaba, no. Y en esos casos
también si a la persona a la que le cortaron un brazo está mal indicado o se equivocaron
de paciente pues cometen un delito que tiene pena mucho más grave que la del
aborto y no este miedo, este temor, esta
carga. No conozco ningún caso que antes de practicar una amputación se consulte
previamente o se pida autorización judicial o se consulte al órgano encargado
de dictaminar si puedo o no puedo realizar una amputación, que en el Código
Penal y si no tiene causa de justificación es una lesión gravísima. Quiero
dejar esto en claro para ver cómo funcionamos todos con prejuicios. Porque si
no fuera por esto no se explica la diferencia de conducta del médico y supongo
también que la de un abogado cuando le toca poner la firma, porque ante algunas
situaciones que están tan claras las conductas cuando un médico decide que debe
realizar una amputación u otra cosa que sería una lesión gravísima si no
tuviera la causa de justificación, no tiene ninguna duda y ninguna duda que se
vuelque, por lo menos, a una consulta legal, a consultar al abogado, pero sí la
tiene cuando realiza un aborto no punible.
Que, además, en realidad, aunque no existiera
escrito así en el Código Penal igual estaría justificado por una regla general
que es el “estado de necesidad” que es una causa de justificación que se aplica
en general para no considerar punibles algunas conductas que serían hechos
típicos. Es decir que son iguales que los que sirven para constituir un delito
pero como tienen una causa de justificación, es decir, evitar un mal mayor, no
se penan. En el caso del aborto esto está para mayor seguridad especialmente
previsto porque además exige un requisito especial que es que sea practicado
por un médico diplomado pero estaría igual comprendido dentro del estado de
necesidad. Yo reitero cómo funciona esto del prejuicio en este tipo de temas
que además no está fundado en ningún antecedente jurisprudencial. No hay
condenas a médicos que practican este tipo de atenciones en el hospital, no hay
ningún antecedente, nada en estos casos. O sea que no se justifica más que por
esto que evidentemente viene dado desde que estudiamos, desde este prejuicio,
desde esta mezcla de valores que están en juego. En este caso se solucionó y
mientras yo sea Procuradora de la Ciudad no voy a tener ningún problema en
firmar cada vez que alguien necesite autorizar, quiere o duda para hacerlo,
sólo que no se explica ni se justifica ni muchísimo menos la autorización
judicial, porque efectivamente cada día que pasa en esos trámites se agrava el
peligro, se agrava. Inclusive en este caso se agravaba el peligro que
ocasionaba realizar la intervención para interrumpir el embarazo. Tenemos que
poder pensar libremente por qué tenemos tan diferente criterio cuando
realizamos otras prácticas médicas que cuando realizamos ésta.
Otro tema interesante que me parece que es
bueno destacarlo, por lo que dijo la doctora Minyersky respecto de la violación
y efectivamente ella aclaró muy bien cuáles son las dificultades en nuestro
Código Penal como causa de justificación para la práctica del aborto cuando
existe una violación. Pero debemos recordar que en nuestra Ciudad existe un
Protocolo aprobado por la Secretaría de Salud y que es obligatorio, que indica
cuáles son los pasos a seguir en el caso de que una mujer que ha sido violada
concurra al hospital y que ustedes deben conocer mejor que yo y que tiene que
ver con esta especie de Kit que se le proporciona a la mujer: un retroviral y
otros remedios para evitar las enfermedades de transmisión sexual y que también
se le da la píldora del día después. Esto es obligatorio en la Ciudad de Buenos
Aires y obviamente en los casos en que se den estas circunstancias.
Finalmente me parece interesante también ver el tema de la oposición
entre el secreto profesional y la obligación de los médicos de denunciar en el
hospital público por ser funcionarios públicos. Este falso dilema ha sido resuelto desde hace mucho por la
jurisprudencia que siguió en esto el criterio de Sebastián Soler, que era un
abogado penalista, de la década del 50. En la Capital, en ese momento, desde
1966 con el llamado Plenario Natividad Frías ya se dejó claro este criterio que
se debatía aquí. Se trataba de una señora que había llegado al hospital con
evidencias de que se había practicado un aborto clandestino, mal, y que llegaba
con secuelas que hacían necesaria su curación. Entonces en este caso, los
médicos hicieron la denuncia y como había jurisprudencia contradictoria se
reunieron todas las Salas de la Cámara Criminal en el año 1966 y con votos muy
fundados, muy interesantes, resolvieron, en primer lugar, que el secreto profesional
está por encima de la obligación de funcionario público y del médico que está
en el hospital público de denunciar. Y esto
por qué. Porque si no justamente el médico sería dos personas distintas, una en
su consultorio privado y otra, en el hospital. O sea, en el hospital sería funcionario
público y no podría guardar secreto porque prima su obligación de denunciar y
esto no puede ser. Esto lo dejó Sebastián
Soler en su tratado de Derecho Penal y que, incorporado por los votos de la
mayoría en el Plenario de Natividad Frías que era obligatorio y que esto
configuraría una medicina de ricos y una medicina de pobres. La señora que
llega al hospital no podría confiar y tendría que enfrentarse con esto de “o
voy presa o me muero”. Además esto porque hay un principio constitucional que
rige todo y es el de que “nadie está obligado a declarar contra sí mismo, nadie
está obligado a autoincriminarse”. Esto es un principio del artículo 18 de la
Constitución Nacional, la autoincriminación no sólo es verbal si el cuerpo de
la señora demuestra signos indubitables de que ha tenido operación clandestina
de pretensión de interrupción de embarazo, esto también lo demuestra con su
cuerpo, pero si tomamos las evidencias de su cuerpo más allá de lo que ella
relata, esto también sería alterar el principio constitucional de que nadie
está obligado a declarar contra sí mismo. Y éste es el fundamento del secreto
profesional, violar un secreto también es un delito.
En los casos de atención, que supongo que
serán muchos los que llegan a un centro de salud, a un hospital, de mujeres que
tienen signos evidentes de que requieren algún tipo de asistencia porque se han
practicado algún tipo de intento de interrupción de embarazo, obviamente
corresponde atenderlas y no es necesario hacer la denuncia. Sobre esto ha
habido actualmente también pronunciamientos de la Cámara. En las únicas
discusiones posibles en los casos en que la denuncia se hace, la mujer por
supuesto nunca es punible y la jurisprudencia varía entre si esta denuncia
anula todo procedimiento legal seguido contra los autores, la persona que le
practicó el aborto y los cómplices. La jurisprudencia varía entre considerar
todo nulo porque nace de un hecho viciado que sería esa denuncia hecha por el
médico violando la obligación de guardar el secreto, o si el proceso continúa
contra estas personas partícipes o los que realizaron el aborto y, por
supuesto, no contra la mujer. Digamos que podemos suponer que la tendencia
jurisprudencial tiende a que se pueda anular todo el procedimiento. Pero de todas
maneras jamás
puede ponerse a una persona ante la duda, ante el problema de si concurrir al
hospital para evitar morirse le genere el temor de que esto le pueda ocasionar
una denuncia. Porque el secreto profesional no
sólo es para evitar una denuncia penal sino que es para evitar cualquier cosa
que pueda ocasionar frente a sus parientes, o las personas que la acompañan. Yo
creo que esto hay que tenerlo en claro, es obligación preservar el secreto y
no hay ninguna duda jurisprudencial de que preservar el secreto esta por encima
de la obligación que tiene cualquier funcionario público de hacer la denuncia
cuando tome conocimiento de la comisión del delito.
TERCERA SESION: El papel
de la Sociedad Civil
Lic.
Mariana Romero, Centro de Estudios Sociales –CEDES-, Argentina
Ver presentación en Power Point
Lic. Alejandra López, MYSU,
Uruguay
Gracias
por la invitación. Quería ubicar algunos temas del proceso uruguayo y del rol
de la sociedad civil organizada. Luego voy a contar un poco ese proceso, en
relación a dos campos que para la experiencia uruguaya están intervinculados,
pero que al mismo tiempo también son distinguibles. Por un lado, el campo de lo
que nosotros consensuamos en llamar “reducción del daño por el aborto inseguro”
que se articula con lo que hoy más temprano el doctor Vidiela planteó de la
implementación de la normativa de atención pre y post aborto. Y, al mismo
tiempo, un proceso social en términos de la participación ciudadana en torno al
cambio legal en el Uruguay respecto al marco vigente que tenemos. Estos dos
escenarios son escenarios que si bien los podemos distinguir, en el caso
uruguayo están articulados.
Desde las organizaciones sociales se
desarrolla un trabajo de incidencia fuertemente en ambos escenarios del cual
intentaré en estos minutos por lo menos plantear algunos de sus ejes. Lo
segundo que quiero plantear es que por razones también de tiempo, voy a
circunscribir este análisis a los últimos cuatro años, pero haciendo la
observación de que éste es un proceso que, por lo menos en el Uruguay, se tiene
que ubicar desde la recuperación de la democracia en el año 85. El recorte es
arbitrario a partir del año 2001, porque a partir de allí se consolidan algunos
procesos muy importantes que hoy están vigentes desde el punto de vista social
y político pero en realidad no comienzan en el año 2001 sino que es un proceso
que se inicia, insisto, por lo menos, con la recuperación democrática. Cuando
el país se proyecta a recuperar, afianzar y profundizar su sistema democrático
luego de la dictadura militar, que todos conocemos porque la vivimos en ambos
márgenes del Plata; y que el proceso de ampliación de derechos y de
reconocimiento de derechos, entre ellos los derechos sexuales y reproductivos
que en el año 85 no los identificábamos todavía con ese término, esto lo
podemos ubicar más hacia la década del 90, pero que el contenido de lo que hoy
denominamos derechos sexuales y reproductivos y, particularmente el derecho a
la interrupción voluntaria del embarazo, sí estuvo planteado desde el año 85.
Tanto es así que cuando nosotros analizamos
el proceso a nivel del debate legislativo, importa señalar que en las cuatro
legislaturas anteriores a la que actualmente está en curso hubo siempre un
proyecto en debate parlamentario. Y esto da cuenta de que la expresión
parlamentaria del debate tiene que ver con su correlato de debate social que desde
entonces se estaba construyendo. Por eso importa esta recuperación histórica,
no arrancamos ahora, por lo menos en el Uruguay. Y también para calibrar que
estos son procesos de mediano y largo plazo porque son procesos que apuntan a
núcleos muy duros de nuestra sociedad, a cambios culturales profundos, a
normativas que rigen pactos sociales que no son los pactos sociales que se
están construyendo, por lo menos en mi país, respecto a estos temas.
Cuando hablamos del derecho de las personas a
decidir sobre su sexualidad y su reproducción estamos hablando de temas que
interpelan las construcciones y en ellas las relaciones de poder entre hombres
y mujeres, pero también las relaciones que las personas establecen con su
cuerpo, pero también las equidades sociales o las inequidades sociales, los
sistemas de discriminación, algunos más sutiles, otros no tanto. Además también
decir que estos son procesos de mediano y largo plazo porque además de estas
transformaciones culturales profundas que implican, también se enfrentan a
conflictos y tensiones muy importantes. Y es un terreno en lucha, en lucha
ideológica, cultural, con otros intereses que yo los sintetizaría en dos
grandes ejes que tienen que ver con estas luchas en el campo del reconocimiento
de los derechos sexuales y de los derechos reproductivos, en el cual, desde
nuestra perspectiva incluimos el tema del aborto, fundamentalmente con
conservadurismos morales que están afianzados en nuestras sociedades, con
fundamentalismos religiosos que juegan también sus agendas de intereses
particulares, además también con las normativas que han regido o que rigen en
estos temas en nuestros países.
En el Uruguay nosotros tenemos una ley
vigente y yo quiero hacer algunas precisiones, particularmente por lo que
planteó el doctor Faundes y también el doctor Vidiela, que data del año 38 –hoy
escuché hablar a una colega argentina de las normas del año 23-, en el Uruguay la
ley que nos rige es del año 38. Uruguay fue un país que, paradójicamente, tuvo
una despenalización total del aborto entre el año 1934 y el año 1938, muy
tempranamente, muy atípicamente en el continente. No nos vamos a detener en qué
pasó en esos años en la vida del país y por qué sucedió eso, más allá de que es
un capítulo muy interesante. La ley que nos rige desde 1938 es una ley, muy
tramposa. Por un lado, porque es una ley que establece que el aborto es un
delito siempre y en segundo lugar, porque a partir de las posibles
autorizaciones del juez hay algunas causales atenuantes y eximientes de la
pena. Estas causales, a su vez, que son cuatro: violación sexual, angustia
económica, honor de la familia y riesgo de vida de la mujer. Dada esta dualidad
de la ley de declararlo un delito y, al mismo tiempo, presentar algunas
causales atenuantes y eximientes de la pena mediante este procedimiento de que
el juez es el que debe autorizar siempre si luego de practicado el aborto a ese
delito le cabe la pena máxima o atenuar o eximir la pena. Esto es lo que generó que
en 68 años de legislación no se implementaran abortos no punibles, porque esta
ley así planteada tiene lecturas múltiples.
Por lo tanto, en el Uruguay no existe la figura de
aborto no punible, no existe en la
consideración legal ni tampoco existe en la práctica, cualquier aborto es
considerado un delito. Y esto es así también en término de los servicios, no
hay, como en caso de la ley brasileña, servicios de aborto no punibles, según las
causales que prevé la ley brasileña. Esto como marco. Por lo tanto esto lo que
ha generado el aborto es una práctica clandestina, con las condiciones de
inequidad que ya sabemos y que se han mencionado en intervenciones anteriores.
Y por lo tanto, con prácticas inseguras de aborto que eclosionan desde el punto
de vista de su impacto en la mortalidad materna en el año 2001-2002,
conjuntamente con las crisis socioeconómicas que vivieron nuestros países. Esto
genera en estos dos escenarios, de los cuales les hablaba más temprano, el
escenario de las estrategias sanitarias para disminuir el riesgo del aborto
inseguro. Y en el escenario de la lucha por el cambio legal una serie de
iniciativas y de pasos que además están articulados, del cuál intentaré
rápidamente por lo menos plantear algunas cosas.
En primer lugar decirles que surge en las
iniciativas sanitarias contra el aborto provocado en condiciones de riesgo, de
las que hoy el doctor Vidiela hizo referencia a sus contenidos, como una
estrategia de reducción del daño y que tienen la originalidad para nuestro
continente de incluir la orientación pre aborto en un marco legal de
restricción casi absoluta como el que tenemos en el Uruguay. También esto le
plantea a los profesionales de la salud algunos dilemas en términos de hasta
dónde se llega con la orientación pre aborto y cuándo se entra en el filo de la
ilegalidad. Pero más allá de estos dilemas que se presentan en la práctica
cotidiana, de todas maneras este proceso que se inicia desde este grupo de
profesionales de la salud denominado Iniciativas Sanitarias y que luego va
teniendo el reconocimiento y el apoyo de instituciones, como hoy decía el
doctor Vidiela, va a tener luego una expresión de reconocimiento de política
pública en el año 2004, con la ordenanza ministerial que le otorga el carácter
de normativa nacional, aplicable a todo el territorio nacional y todo el
sistema de salud público y privado. Quiero retomar este tema porque es uno de
los asuntos que tenemos hoy en la agenda pendiente. Simultáneamente este
proceso y articuladamente con este proceso a nivel social también se van
conjugando una serie de esfuerzos y de articulación de actores con la plena
convicción de que la problemática del aborto es una problemática que no se
resuelve desde un actor solo y que es necesario construir articulaciones, y que
es necesario construir consensos que nos permitan acompañar, respaldar e
impulsar, generar adhesión ciudadana, generar base social para lograr cambios
que son legislativos, pero que son procesos de transformación cultural
simultáneamente.
Con esa convicción de que se inicie así la
iniciativa de las organizaciones feministas y de mujeres porque es una demanda
histórica del movimiento de mujeres, pero con la plena convicción de que desde
ese lugar solamente no era posible intervenir en esta realidad, se comienzan a
generar y a tejer articulaciones que se consolidan hacia el año 2002-2003, en
lo que se conoce como la Coordinación Nacional de Organizaciones por la Defensa
de la Salud Reproductiva. Esta Coordinación nuclea a organizaciones muy
diversas, organizaciones de mujeres, profesionales, la Central Única de
Trabajadores, religiones y éste es un tema que me gustaría puntualizar porque
generalmente se ubica a una religión como la protagonista en este debate. No
podemos ciertamente dejar de reconocer que la Iglesia Católica juega un papel político
muy fuerte en nuestras culturas y en nuestros estados. Pero, por lo menos, en
un país laico como el Uruguay, hay expresiones religiosas muy importantes que
fueron progresivamente conjugando esfuerzos para impulsar una iniciativa
parlamentaria, estoy hablando de la Iglesia Metodista, de la Iglesia Evangélica
Valdense, de los grupos religiosos afro ubandistas, que en el Uruguay son muy
importantes por los límites con el Brasil, con una alta influencia en la región
norte del país; además de los grupos de Católicas por el Derecho a Decidir.
Quiero señalarles que también hay posicionamiento de las iglesias mencionadas.
Esta articulación hace un trabajo mancomunado con los parlamentarios y
parlamentarias que estaban dispuestos a impulsar un cambio de legislación.
En ese proceso se conjuga una propuesta
legislativa que es el proyecto de ley de defensa de la salud reproductiva, que
es un proyecto que estuvo en discusión en la anterior legislatura, que obtuvo
por primera vez en la historia del país la aprobación de, la Cámara de
Representantes o de Diputados. Y que, en mayo del año pasado, fue votada
negativamente por una diferencia de 5 votos en la Cámara de Senadores. Esta
propuesta de ley, y quiero ubicar los principales ejes, porque va a ser la
misma propuesta con mejoras la que va a estar a partir de marzo de 2006
nuevamente en debate en Cámara. Es un proyecto de ley que buscó darle una
respuesta integral a la problemática del aborto en el Uruguay. Esto significa
que, por un lado, la propuesta ubica en sus primeros cuatro artículos la
responsabilidad del estado de ser garante de generar las condiciones para el
ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas,
garantizar el acceso universal a métodos anticonceptivos seguros y de calidad,
promover la educación sexual y la inclusión de la educación sexual en la
enseñanza oficial, promover las maternidades y paternidades elegidas y a partir
del artículo 4° establece el derecho de toda mujer a la interrupción voluntaria
del embarazo hasta las 12 semanas de gestación, luego de estos plazos, para
circunstancias específicas, la ampliación del plazo cuando hay riesgo de vida,
malformación congénita incompatible con la vida y violación hasta las 20
semanas. A su vez, establece consideraciones especiales para adolescentes y
para personas con discapacidad intelectual y/o psíquica, establece el aborto
como un acto médico no lucrativo y la obligatoriedad de la prestación de estos
servicios a nivel de un sistema público y privado, esto es en términos
generales.
El proyecto de ley que estamos impulsando
promueve estrategias para la prevención de embarazos no deseados en sus
primeros artículos, para la promoción de una sexualidad y reproducción elegida,
placentera, buscada, y establece medidas para la atención adecuada para la
interrupción a partir de esos plazos a los que hice mención. ¿Qué es lo que ha pasado desde mayo de 2004
hasta ahora? En primer lugar, ha habido un cambio de gobierno, como ustedes
saben, el Uruguay vivió elecciones nacionales, y por primera vez en la historia
del país hay un gobierno progresista que además tiene la mayoría absoluta de
los votos en el Legislativo, que ganó en primera vuelta electoral con el 53%
del total de votos emitidos y que tiene una propuesta de gobierno en términos
de las demandas ciudadanas, que recoge demandas históricamente postergadas de los
movimientos sociales y que además fue el partido y la bancada parlamentaria que
no solamente impulsó este proyecto en la Legislatura anterior, sino que también
hubo un compromiso de partido con relación al mismo.
Ese escenario se ha complejizado. Esto
introduce otro tema de discusión en el que no quiero entrar ahora, pero que se
ha complejizado notablemente a partir de la postura del Presidente de la
República quien anunció concretamente su intención de vetar la ley en caso de
que ésta sea aprobada en el Parlamento. ¿Cuáles son las acciones que
actualmente estamos sosteniendo desde las organizaciones sociales? ¿Cuál es
nuestro interés? Les seño tres. El primero tiene que ver con impulsar la
implementación efectiva de la ordenanza 369 de las Normativas de la Atención
Pre y Post Aborto en todo el territorio nacional. Éste es un compromiso que
estamos impulsando en un escenario en el cual estas normativas no han sido
implementadas más allá de lo que se realiza en el ámbito del centro
hospitalario Pereyra Rossel. Éste es un tema que tenemos planteado y en el cual
estamos trabajando hacia el Ministerio de Salud Pública para que efectivamente
ponga en práctica la aplicación nacional de la normativa.
En segundo lugar, estamos trabajando muy
activamente en una comisión que es el único mecanismo interinstitucional de
participación: estado, sociedad civil y academia, que está previsto, que es la
Comisión Nacional Asesora en Salud Sexual y Reproductiva, en la órbita de la
Comisión Intergubernamental MERCOSUR en Salud Sexual y Reproductiva. Esta
Comisión Nacional, que en el Uruguay se formó el año pasado, está integrada
también por la Universidad de la República, por el Sindicato Médico del
Uruguay, por las Asociaciones de Ginecología y Obstetricia, por las
organizaciones de mujeres y organismos gubernamentales y del Parlamento. Y ésta es una Comisión estratégica para
nosotros en el sentido de que es una Comisión donde hay un mecanismo
institucional de participación y en el cual nos proponemos impulsar y
desarrollar articuladamente en ese ámbito, con esos actores, una agenda integral
respecto a la salud sexual y reproductiva que desde nuestra perspectiva
incluye, en el marco legal vigente, la atención pre y post aborto. Esos son los
límites que nos permite una atención integral en salud sexual y reproductiva,
además de los otros componentes de la salud sexual y reproductiva.
Y finalmente, y sobre el cual algo les he
adelantado, tiene que ver con el debate social que se generó en el Uruguay, la
adhesión mayoritaria de la ciudadanía a través de las encuestas de opinión
pública que disponemos, que es de un orden del 63 al 66% de adhesión a este
proyecto de ley del cual yo les hice una rápida relación de su contenido. Esto
da cuenta de un desfasaje entre esta madurez del debate social, de la
construcción de nuevos consensos sociales y la traducción de esto en el
escenario de lo político. Esta tensión que está planteada, es una tensión que
no es fácil administrar, que no es fácil de acompañar pero que ciertamente lo
que nosotros nos hemos planteado, y en esto están de acuerdo los legisladores y
legisladoras, en impulsar nuevamente en el Parlamento este proyecto de ley a
partir de marzo o abril del año próximo e ir viendo cómo se va trabajando para
que este anuncio de veto presidencial que inhibe no solamente el debate
parlamentario sino también el posicionamiento de varios parlamentarios que
habían estado a favor en el anterior período legislativo. Cómo trabajamos esto
en un escenario político que es muy nuevo para el Uruguay, con un presidente de
un alto liderazgo, de un alto reconocimiento popular pero que en este punto
entra en conflicto con las expectativas de su propio electorado y de la gente
que va más allá de su electorado. En esa tensión estamos desarrollando
estrategias que pretendemos que sean lo más calificadas posibles en términos de
una intervención ciudadana responsable que valore que cada uno de los pasos que
se dan en el campo del aborto sea dentro del ámbito sanitario, sea en el campo
de lo legal, sea en el campo del debate social, sea en el campo de la
articulación con otros actores, tenemos que ser conscientes todos los actores
de que esos pasos tienen efectos, por eso hay que saber muy bien cuando uno da
un paso cómo responde a la demanda que esto genera, qué respuesta tiene luego.
Me parece que en ese sentido, desde nuestra perspectiva, hay un camino a
recorrer que es profundizar estas alianzas, comprender el lugar que cada uno de
los actores, que es distinto, comprender las posibilidades y las limitaciones
de cada uno de los actores y construir puntos de acuerdo para el trabajo
articulado.
En el caso uruguayo éste ha sido un trabajo
de hilar fino, de mucha tolerancia mutua, pero también es uno de los procesos,
que a nuestro entender, más nos ha permitido establecer un diálogo y una
participación amplia de la ciudadanía, en donde la ciudadanía puede sentir que
distintas voces, desde distintos ámbitos, están traduciendo públicamente, dicen
públicamente lo que les pasa a las personas y a las mujeres, más concretamente,
en sus vidas cotidianas cuando se trata de tomar estas decisiones restrictivas
desde el punto de vista legal. Muchas gracias.
Gilberta
Soares, Red Nacional Feminista de Saude, de Derechos Sexuales y Derechos
Reproductivos, Brasil
Agradezco
la invitación en nombre de la Red Nacional Feminista de Saude de Derechos
Sexuales y Derechos Reproductivos por esta posibilidad de compartir nuestra
experiencia con relación a la atención de los casos de aborto inseguro. Me
gustaría detenerme a hablar sobre las acciones, de la sociedad civil y los
miles de mujeres organizadas en el Brasil para la implantación de asistencia en
los casos de aborto no punible. Como ya se refirió el doctor Faundes en la
ponencia que antecedió, en el Código Penal brasileño, desde 1940 el aborto es
considerado delito en todos los casos con excepción de dos situaciones que son:
el riesgo de vida para la mujer y cuando el embarazo es causado por estupro o
violación sexual. El Código Penal data de 1940.
En 1989, en la ciudad de San Pablo crearon el
primer servicio de asistencia a mujeres en esos dos casos, fue el primer
servicio público creado oficialmente. Y como aquí sucedió, allí también se dio
a partir de la elección de un gobierno progresista, una de las primeras intendencias
del PT en Brasil, en San Pablo y que tuvo al frente de la coordinación del
Programa de salud de la mujer a una feminista, atendiendo la reivindicación del
movimiento feminista y con la presión del movimiento feminista este sector
logró implantar en San Pablo el primer servicio de atención de las mujeres para
estos dos casos de abortos no punibles y eso a través de una decisión
administrativa, sin nada relacionado con lo legislativo o el Parlamento, es una norma del ejecutivo que tuvo la iniciativa de implantar la
asistencia.
Porque el Código Penal no habla de criminalidad
en estos dos casos, ni para la mujer ni para el profesional de salud y a partir
de esa iniciativa pionera es que el movimiento de mujeres nacional en todo
Brasil se movilizó, sobre todo a través de la Red Nacional Feminista de Salud,
de Derechos Sexuales y Reproductivos, para implementar la asistencia en todo
Brasil, para tener una cobertura nacional de esa asistencia. La alternativa
encontrada eran iniciativas locales o municipales, estatales y necesitaban un
decreto administrativo que viabilizase la implementación, ya que en ese momento
todavía no existía interés del Ministerio de Salud federal, ni existía una
coyuntura política favorable para la implementación a nivel nacional. Entonces,
exactamente dentro de ese espíritu y comprendiendo el movimiento de mujeres
brasileño la importancia de la salud de la mujer y que ya se habían hecho adelantos
como presentar propuestas y construir junto con el Ministerio de Salud una
propuesta llamada: Programa de Asistencia Integral de la Salud de la Mujer.
Programa que incluye también asistencia a los casos de aborto inseguro. Considerando
también todo el camino del movimiento de mujeres en Brasil, a partir de la
década del 80, de implementar políticas públicas que asegurasen los derechos de
las mujeres y todo lo que está relacionado a salud: violencia, trabajo, la
promoción de los derechos humanos de las mujeres, los derechos reproductivos,
los derechos sexuales. También considerando la asistencia integral de la salud
de las mujeres, acceso a la anticoncepción, la construcción de una crítica a un
proceso de esterilización masiva de control de natalidad aplicado en Brasil y
de otras medidas de prevención como del cáncer de mama, cáncer de útero, las
ETS e insistir con la reivindicación de mejorar la calidad de la asistencia del
aborto incompleto, del aborto inseguro. Entonces consideramos ahora debíamos exigir
que el estado brasileño se comprometa a cumplir con la legislación de 1940, al
final de cuentas es una deuda histórica que el gobierno brasileño tenía con las
mujeres, porque una razón específica es
que ya estaban estos casos excluidos de criminalidad y pero no había ninguna
posibilidad para las mujeres de conseguir un servicio público de salud para ser
asistidas en esas dos situaciones, cayendo más de una vez en la clandestinidad.
Dentro de esa lógica y más tarde, también
pensando, y utilizando las recomendaciones de Cairo y Beijing, que son
posteriores, convocamos a todo el movimiento nacional para presionar a los
gobiernos locales a través de sus movimientos de mujeres. La presencia de los
medios fue fundamental, sobre todo de la FEBRAGO, Federación Brasilera de
Ginecología y Obstetricia en el sentido de contar con asesoramiento para
implementar esa asistencia, porque esa discusión se dio estado por estado. No significó implementarlo en San Pablo ya
que en el cuadro que Aníbal Faundes mostró revela bien cómo el aumento de
servicios se fue dando por la lucha del movimiento de mujeres y la lucha de la
sociedad civil para lograr se implementará. El Prof. Faundes mostró un cuadro y
allí se veía cómo fue creciendo vigorosamente la asistencia y también este
proceso en todo el país. Es sumamente interesante como ocurrió toda la
discusión sobre los únicos casos de aborto excluidos de criminalidad. La
cuestión del estupro y de violencia sexual, ese proceso nos posibilitó mucho
más la visibilidad que la cuestión de la violencia contra las mujeres. Y
también permitió hablar del aborto legal
en Brasil, del aborto previsto en la ley o aborto no punible, que en cierta forma va a viabilizar la entrada
a la violencia y a la salud reproductiva.
En Brasil, a diferencia de otros países de
América Latina, esta cuestión de la asistencia de la salud de las mujeres que
sufren violencia no estaba considerada como tema de agenda de la salud pública
ni de la salud reproductiva brasileña. Y la lucha para implementar la
asistencia de estos casos posibilitó el acceso al tema de la violencia en los
centros de salud y fue algo muy interesante. Después les voy a contar a ustedes
cómo esto se destrabó. ¿Cómo fue este
proceso en la década del 90? Yo vivo en un estado brasileño en el nordeste de
Brasil, muy lejos de San Pablo y Río y me siento muy involucrada en este
proceso en mi estado y a partir de mi estado pude comprender cómo en cada
estado acontece ese movimiento de presión. La presión del movimiento de mujeres
es una combinación de factores que posibilitaron la implementación de la
asistencia, la presión del movimiento de mujeres y la sociedad civil en
conjunto con otras organizaciones adoptaron políticas para influir sobre
políticas públicas, la decisión de sectores de salud, la acción de FEBRAGO, la
participación de los médicos que fueron actores muy importantes para un proceso
de sensibilización. Nosotras promovimos muchos debates, seminarios, actividades
de movilización en la calle, encuestas, y una cosa muy interesante fue la
posibilidad de intercambiar experiencias
entre los profesionales de los servicios de salud de San Pablo, que fue el
primer servicio que se implementó. Ellos siempre fueron invitados para relatar sus
experiencias de cómo había crecido, de
cómo se habían sentido, de cuántas dificultades encontraron los profesionales
de salud, tanto médicos como enfermeras, asistentes sociales y otros. También
trajimos a este escenario la presencia de especialistas en derecho, de jueces,
de promotores que estaban abiertos para discutir esta posibilidad de
implementar la política pública a partir de esa brecha, de ese desacuerdo, que
había en el Código Penal.
En cuanto a la visibilización de los
servicios, al ser establecidos los servicios existía una cierta fantasía de que
cuando se implántese ese tipo de servicio de asistencia habría filas de
mujeres, millares de mujeres que irían a solicitar el servicio mintiendo que
habían sido violadas para tener acceso a un aborto legal. Y a partir de la implementación de los
primeros servicios se vio que eso no sucedía, nosotras lo sabíamos y
argumentábamos políticamente porque se ha comprobado con datos que eso no
sucedía porque la verdad es que una mujer que ha sufrido violencia sexual
presenta una demanda de cuidados mucho mayor y muy anterior a la interrupción
del embarazo. Entonces fue muy importante viabilizar esos datos para quienes
estaban temerosos de que esto sucediera. Y todo ese temor nos lleva a hablar
sobre una de las dificultades que aparecen y que tienen que ver exactamente con
la cultura patriarcal, los defectos de nuestra cultura patriarcal, era muy
interesante ver la actitud de los profesionales de la salud, sobre todo los
médicos, cuando se hablaba del riesgo de vida de la mujer y cuando se hablaba
de estupro.
Porque en el caso de riesgo de vida de la
mujer la decisión era del médico, un médico decidía cuándo, qué riesgo y en qué
condiciones él podía proceder para la interrupción. Cuando hablamos de
violencia sexual, el poder de decisión estaba en la mujer y ahí aparece toda
esa cosa de la desconfianza hacia las mujeres, de que las mujeres eran
cómplices de la violencia, que tienen un poder que lleva al ejercicio de la
violencia, que puede estar mintiendo sobre un posible estupro, se hablaba de
relación consentida y se complicaba más y más cuando se hablaba de violencia
sexual doméstica, si esa violencia era doméstica no se le ocurría pensar al
profesional de salud que el estupro podía ser ejercido por un marido, por un
padre, por un tío, por un primo, cosa muy común en nuestras sociedades y que nosotros conocemos muy bien la gran
cantidad de mujeres que sufren violencia doméstica y sexual.
Esto es muy interesante que desde el punto de
vista ideológico de por qué en los casos de riesgo de vida estamos todos de
acuerdo en que esa asistencia debe ser prestada y en los casos de estupro hay
un gran cuestionamiento y varios criterios que eran usados para negarle ese
derecho a la mujer. Y también hay un punto de vista muy importante desde el
movimiento de mujeres. Para nosotras las que trabajamos con perspectiva de
género, como cambia la mentalidad respecto de los derechos humanos de las
mujeres. Después de esa etapa de sensibilizar, de discutir, de negociar, cuando
en los estados algún gestor se mostraba dispuesto a la implementación
avanzábamos desde la sociedad civil. Participé desde mi ciudad en una comisión
que elaboró un Protocolo de Asistencia a Mujeres en Situación de Violencia. Y eso
porque en mi estado un servicio fue implementado y el Ministerio elaboró las
normas técnicas. A su vez las feministas desde el Ministerio de Salud Federal
lograron que se elaboraran y aprobarán las normas técnicas, reglamentando la
asistencia en violencia. Entonces antes de eso, los propios servicios, junto
con el Secretario de Salud de dos municipios elaboramos protocolos y tuvimos la
oportunidad junto con los médicos, operadores de derecho y pediatras de
elaborar un protocolo que prestaba
asistencia. Participamos de cursos, de sensibilización y de explicación a los
profesionales y también de un trabajo político para dar sustentabilidad
política a los servicios. Y eso porque las dificultades que podemos tener en
presencia de los opositores, sobre todo con las iglesias, la Iglesia Católica
que nunca hablaron sobre qué pasa con las mujeres violentadas hasta que
comenzamos la etapa para implementar la asistencia para esas mujeres y entonces
se opusieron a esa asistencia, inclusive presentando proyectos de ley absurdos
como, por ejemplo que se provean bolsas y becas para los niños de esas mujeres
para asistirlos toda la vida, mujeres que estaban embarazadas de los violadores
y ese era el problema.
Otra de las dificultades grandes fue
encontrar profesionales que quisieran brindar servicios, sobre todo del área
médica. Y toda la cuestión del preconcepto y una cultura patriarcal muy fuerte
que coloca a la mujer violada como culpable de la situación y todo es proceso
de invisibilidad y naturalidad de la violencia contra la mujer. Está
considerado en Brasil el estupro y la violencia sexual como fundantes en la
historia de la colonización ya que como país colonizado, las mujeres, negras o
indias fueron constantemente violentadas por los invasores, los hombres blancos,
y eso nunca fue visibilizado, muy por el contrario fue históricamente
considerado como algo normal. Y ese proceso de visibilizar la cuestión, de dar
asistencia a las mujeres víctimas de violencia sexual, también favorece la
discusión sobre el tema. Me parece que la violencia contra las mujeres siempre
fue un punto importante en la agenda del movimiento de mujeres. Que conquistamos hasta ahora? Según el estudio
del Prof. Faundes hay 74 servicios hasta el 2005 en todo Brasil. A pesar de eso
tenemos una condición tan restrictiva en cuanto a la capacidad de decisión de
las mujeres. Primero la asistencia en si misma, sobre todo a las mujeres
pobres, podemos considerar que las hace sentir muy aliviadas, muy apoyadas en
una situación tan difícil al haber sido violentadas y sin embargo poder contar
con un equipo que las asiste y apoya. Principalmente consideremos que esas
mujeres carentes de derechos de ciudadanía, como vivienda, trabajo, y otros bienes,
sin embargo después de la atención, y esto es muy importante, como pude comprobarlo
entrevistando mujeres testimoniaron que fueron atendidas como en servicios
privados o como si hubieran pagado por la calidad del servicio. Entonces ellas
dicen: “Si yo no hubiera encontrado ese profesional podría haberme muerto, me
habría suicidado porque no podría seguir con ese embarazo fruto de una
violación”. Tener esa posibilidad de ser atendida en forma pública, oficial es
fundamental para esas mujeres.
Por eso es muy importante desde el punto de
vista de las mujeres ser atendidas en servicios públicos. También desde el
punto de vista simbólico de la sociedad brasileña y desde el punto de vista de
la conquista de derechos para esas mujeres. Otra cuestión muy importante es que
ese proceso desencadenó la necesidad de crear redes multisectoriales de
atención de mujeres en situación de violencia. También se vio que el embarazo
era la punta del iceberg de un fenómeno muy complejo, con otras razones que
debían ser tomadas en cuenta, y que no puede ser enfrentado apenas por el sector
salud. Requiere la participación de otros sectores como justicia, seguridad
pública, educación. El fenómeno de la
violencia debe ser considerado en forma más amplia.
Por eso hoy en día trabajamos mucho con la
creación de redes multisectoriales que contemplan la participación de varios
sectores y también la sociedad civil. Varias ciudades brasileñas cuentan con
esas redes intersectoriales de asistencia y eso también como resultado de la
atención del aborto legal. Aquel otro punto que yo puse después de la
cuestión de la violencia sexual para
esos centros de salud y como uno de los temas de los derechos reproductivos,
trayendo a otros profesionales de salud el tema del aborto y estamos trabajando
muy fuertemente para que los profesionales de salud y del área psicosocial,
psicólogos y asistentes sociales tengan ese tema incorporado a su agenda, ya
que en el área biomédica: médicos y enfermeras, se ha visto como un delito,
como dijo la médica legista antes, a menos que los médicos aprendan que el
aborto no pertenece a la criminalidad. Los psicólogos y los asistentes sociales
pueden durante toda su formación nunca hablar sobre el aborto. Este tipo de
programa docente con carácter interdisciplinario les va a posibilitar también
esa discusión para estas categorías.
Ahora en noviembre vamos a tener el 10° Foro
de profesionales de servicios de salud que hablen de este tipo de asistencia y el
Foro de este año va a tratar específicamente sobre las categorías psicosociales
de este debate en forma central. Otra cosa es promover el debate social, toda
esta década de trabajo, esta conquista de derechos en el próximo debate de
aborto, de aborto inseguro, de derecho de decidir para las mujeres, esta
colocada en la agenda pública. Dar debate en la opinión pública y hoy podemos
decir que hay un cambio de opinión, un cambio de mentalidad, en la población
brasileña con relación a esos casos. Las encuestas son muy favorables a que las
mujeres puedan recurrir al aborto en casos de violación.
Mabel
Bianco: Si bien no estaba en el
programa, quiero ahora pedirle a Marta Alanis de Católicas por el Derecho a
Decidir de Córdoba en nombre del grupo coordinador de la Campaña Nacional por
el derecho al aborto seguro, que nos relate brevemente la experiencia desde el
activismo en Argentina.
Marta Alanis, Católicas
por el Derecho a Decidir, Córdoba, Argentina:
Buenas
tardes. Gracias Mabel. Voy a comentar un poco también otro rol que tenemos
desde la sociedad civil. Agradecemos muchísimo el trabajo del CEDES y de las
organizaciones que han ofrecido investigaciones en los últimos años con
relación al aborto en Argentina. Hemos conocido también en la mañana el
diagnóstico desde el ámbito de la salud pública cómo se viene tratando y se
vienen preocupando por el tema de la mortalidad materna, que es algo nuevo en
nuestro país que aparezcan espacios donde hay voluntad política para abordar
este tema.
Desde el movimiento de mujeres, hace 20 años,
se vienen realizando encuentros nacionales de mujeres y en los últimos años
este movimiento se ha radicalizado bastante con relación al tema del aborto,
cosa que no ocurría en sus orígenes. Como mandato de esos encuentros
nacionales, hemos lanzado el 28 de mayo de este año la Campaña Nacional por el
derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en todo el país. Hemos logrado
arrancar con una alianza de más de 70 organizaciones feministas del movimiento
amplio de mujeres, organizaciones sociales, sindicales, barriales,
universidades, asociaciones profesionales, de derechos humanos y del arte, de
la cultura, jugadores de fútbol, bueno amplísima es la alianza que vamos
logrando.
De estas 70 organizaciones que hicimos la
alianza inicial para lanzar la Campaña, en este momento hay 300 organizaciones
y más de 500 personalidades que respaldan la Campaña que es realmente nacional,
que se ha lanzado en el norte del país, en el sur más extremo y en todas las
provincias y ciudades del centro del país. La Campaña tiene un lema que es: “Educación sexual para
decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir”. Aspiramos. Estamos juntando firmas ya desde fines
del año pasado pero arrancamos con más fuerza este año a partir del 28 de mayo,
las invitamos a firmar, incluso afuera hay unas planillas donde la gente puede
poner su adhesión para que el aborto sea despenalizado y legalizado además de
garantizada su atención en los hospitales público y en las obras sociales de
todo el país. También la Campaña se propone y aspira a la atención humanizada
del post aborto, que ahora hay un avance en nuestro país y a la atención del
aborto no punible.
Vamos a cerrar esta etapa de la Campaña el 25
de noviembre, con una marcha hacia el Congreso Nacional, donde vamos a
presentar las firmas recogidas en todo el país, las firmas a modo de muestra de
lo que hemos podido juntar las mujeres que nos hemos sumado a esta Campaña y
las organizaciones que se sumaron a esta Campaña, en pocas horas durante la semana. Es a modo
de muestra de la voluntad que evidencia la población para pedir, para exigir al
Estado, que se despenalice y se legalice el aborto en la Argentina. Quiero dar
como testimonio que hay una movilización muy grande y que en el último
Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata más de 30 mil mujeres marcharon
con los pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal y
Seguro. O sea, estamos contando con una opinión pública favorable, con una
sociedad civil organizada, estamos contando con expresiones, aunque aisladas,
muy significativas de voluntad política en el plano nacional y de algunas provincias
y creemos que esto es favorable para poder avanzar y para que también los
legisladores, cuando presentemos el proyecto, puedan estar sensibilizados y
podamos cambiar las leyes que hoy tenemos. Muchas gracias.
CLAUSURA:
Dra. Mabel Bianco, Presidenta de FEIM
Estimad@s
amig@s llegamos al final de esta rica jornada. Creo que pudimos hoy compartir,
aclarar y discutir en forma amplia sobre este tema tan convocante que nos
preocupa y ocupa a los aquí presentes. Todos y todas nos llevamos hoy nuevas
ideas para encarar la tarea en los servicios de salud y otros ámbitos en los que
nos desempeñamos con mayor claridad. También creo todos y todas asumimos el
compromiso de divulgar esto a nuestros colegas y compañeros de trabajo que hoy
no pudieron llegar o se perdieron en el camino por el cambio del lugar de la
reunión.
Nos
llevamos el compromiso del Secretario de Salud del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires y el de las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación.
Ambos evidenciaron con su presencia, pero sobre todo con su palabra, todo el
esfuerzo realizado en estos dos años. También creo, no ignoramos la fragilidad
de los avances logrados, como lo señaló el Dr. Spaccavento y el compromiso
militante con que debemos custodiarlo y promover aún mayores avances.
Este
es un tema de la agenda política, a pesar de la indiferencia que la mayoría de
los hombres y mujeres políticas evidencian. Y es un tema de la agenda política
porque se trata de la vida y la salud de las mujeres que afecta a las familiar.
Y también es tema de la agenda política, porque la mayoría de las muertes que
ocurren se pueden evitar y eso ya lo sabemos todas y todos.
El
miedo y los prejuicios no nos deben paralizar, por el contrario nos tienen que
fortalecer para dar las respuestas adecuadas. Por eso quiero cerrar comprometiéndonos
todos a continuar defendiendo el derecho a decidir de todas las mujeres y
hombres sin ningún tipo de discriminación, ni coerción. Espero que la próxima
reunión seamos muchos más y tengamos más avances para compartir. Nuevamente
gracias y buenas tardes.