ADOLESCENTES Y JÓVENES EN EL PROCESO DE CAIRO
La participación activa de adolescentes y jóvenes fue progresiva en el proceso de Cairo. Jóvenes de Argentina y de todo el mundo comenzaron a hacer oír su voz en las reuniones internacionales de la mano del movimiento organizado de mujeres, que promovió sus primeros pasos y ahora son aliadas estratégicas.
La Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva – RedNac, crada en 1999, se involucró desde el comienzo en estos procesos representando a adolescentes y jóvenes de Argentina. “Muchos ven esto como algo que no los involucra personalmente, pero eso es erróneo porque, para garantizar los derechos que hoy tenemos, nosotras tenemos que exigirlos y para eso hay que informarse sobre qué está haciendo tu país para que esos derechos sean realidad”, opinó Cecilia Correa, primera coordinadora de la RedNac y con participación en muchas de las reuniones regionales y mundiales de seguimiento de los compromisos de Cairo.
“En Cairo se pudo hablar de derechos sexuales y reproductivos en una gran conferencia y en un documento de la ONU, se incorporó la educación sexual integral, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, la provisión de métodos anticonceptivos. Antes nadie quería hablar de esos temas y por eso es un hito importante, porque le dio importancia a los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos básicos de todas las personas”, dijo Cecilia.
En 1999, durante el proceso previo de Cairo+5, se organizó un Foro de Jóvenes en La Haya, Holanda, donde alrededor de un centenar de jóvenes se encontraron previo a la reunión. “Muchos conocimos ahí, por primera vez, el documento de Cairo. No todos los jóvenes que participaron eran progresistas y ni siquiera eran muy jóvenes: había un 10 por ciento menor de 25 años y los demás eran mayores, incluso un representante de África tenía 40 años”, recordó María Eugenia Miranda, ex integrante de la RedNac, una de las adolescentes que asistió a ese foro y participante de los procesos de Cairo+ 5, Cairo+10 y Cairo+15 y actualmente asistente de programas del UNFPA.
“Ahí pudimos ver lo difícil que eran las negociaciones con los países y grupos más conservadores, nos sirvió para organizarnos mejor. Aprendimos a entender el documento y a estar alertas a las estrategias de los grupos conservadores”, agregó María Eugenia. “La clave era tener información clara, porque podían referir datos falsos y si no estabas preparada era difícil contrarrestarles. Por ejemplo, podían llegar a decir mentiras como que la educación sexual promovía la promiscuidad o que el preservativo permitía pasar el virus del sida”, completó Cecilia.
Para María Eugenia, “Los jóvenes son los que más conocen sobre lo que les pasa porque ellos mismo lo están viviendo. Es un proceso dinámico porque luchan por sus derechos, saben sus necesidades, discuten entre pares y llevan una nueva visión. Se trata que los jóvenes tengan voz y los adultos tengan oído para escucharlos y enriquecer el documento”.
En 2003, se convocó a una Mesa de Jóvenes en el marco de la revisión de Cairo+10, esta vez con mayor participación juvenil y organizada por los propios jóvenes de la RedLAC y la Youth Coalition. Allí la juventud coordinó sus acciones ante la revisión de 2004.
Para la siguiente revisión, en 2009, los jóvenes también estuvieron presentes y hoy, el gran desafío es que en las delegaciones oficiales puedan integrarse jóvenes y así llevar sus aportes, su conocimiento acerca de la situación y las necesidades de sus pares, y sus miradas renovadas sobre los compromisos forjados hace a veinte años.
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