Preservativo vaginal: El 80% de las jóvenes que lo probaron lo volvería a usar
Los datos se desprenden de una investigación impulsada por la Coordinación Salud Sexual, VIH e ITS del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires en asociación con la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva (RedNac) y otras organizaciones de la sociedad civil.
En este sentido, Mabel Bianco, Presidenta de FEIM, aseguró: “El preservativo vaginal es un método que cubre un antiguo reclamo de mujeres a tener acceso a métodos que controlamos las propias mujeres. Es muy positivo esta alta aceptabilidad”.
La investigación, que contó con la participación de mujeres de entre 16 y 29 años del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), reveló que existe una alta aceptabilidad del preservativo vaginal: El 80% de las personas que lo probaron lo volvería a usar y el 97% manifestó que su pareja sexual aceptó su uso.
En este marco, las encuestadas que calificaron la experiencia de uso como “muy buena” consideraron que su beneficio radica en que puede ser autoadministrado por las personas con vulva y que el cuidado no dependería de otra persona sino del “ejercicio de la propia autonomía”.
Si bien el 68% refirió dificultades la primera vez que intentaron colocarlo, cuando posteriormente lo usaron en relaciones sexuales, este porcentaje se redujo al 36% y el 35% consideró que fue muy fácil o fácil su colocación.
Con respecto a los lugares adecuados para la distribución de los preservativos vaginales, las encuestadas identificaron a los colegios secundarios, los centros de salud (CeSAC), hospitales y aunque plantearon la posibilidad de acceder libremente, como sucede con los preservativos para penes, el 90% de las participantes esgrimió que es necesario que se los acompañe de un instructivo con información sobre el uso correcto.
El informe concluyó que la aceptación de este método está íntimamente relacionada con el ejercicio de su uso y que los resultados muestran que las dificultades en la colocación disminuyen a medida que aumenta el tiempo de práctica y la exploración en el propio cuerpo.
En un contexto atravesado por los cuestionamientos feministas a las políticas de salud, FEIM entiende que facilitar el acceso a los preservativos (vaginales) es una estrategia clave debido a que les otorga poder de decisión y una mayor autonomía en relación con su salud sexual a mujeres y niñas.
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