Mabel Bianco: «El COVID exige copromisos a largo plazo y respuestas urgentes a las desigualdades»

Segundo informe Voluntario Nacional sobre Implementación y Seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Martes 30 de junio. Salón de las Mujeres de Casa Rosada.

Oradores:

Santiago Cafiero, Jefe de gabinete de Ministros.
Felipe Solá, Ministro de Relaciones Exteriores.
Victoria Tolosa Paz, Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.
Roberto Valent, Coordinador Residente del Sistema de Agencias de Naciones Unidas en Argentina.
Gerardo Martínez, Secretario de Relaciones Internacionales de la CGT PAMPA 2030.
Mabel Bianco, Coordinadora de la Alianza Argentina de Organizaciones de la Sociedad Civil en Seguimiento de Compromisos Internacionales.
Flavio Fuertes, Coordinador de la Red Argentina de Pacto Global.

Palabras de Mabel Bianco, Coordinadora de la Alianza Argentina de Organizaciones de la Sociedad Civil en seguimiento de compromisos Internacionales.

«En nombre de la Alianza quiero agradecer la invitación. Somos 40 ongs de todo el país muy diversas y como feminista celebro que lo hagamos en este salón porque es inspirador ver a estas mujeres que aportaron y siguen aportando si bien no tuvieron muchas de ellas el nivel de representación que hubiéramos querido y que deberían haber tenido. Tengo atrás a Alfonsina Storni y es algo emocionante.

Quiero plantear en primer lugar, retomando lo que decía Gerardo y cuando fue la presentación del primer informe, la necesidad de mejorar la participación de todos los actores en la agenda porque el ODS 17/17 nos obliga a esto. Necesitamos que las protagonistas tengan la palabra. Y tenemos que hacer todos los esfuerzos. Y yo que estoy en otros grupos como el de Cancillería, el de la Comisión de Equidad de Género y otros más pido que no olvidemos y empecemos este diálogo para no dejar nadie atrás.

No podemos hablar hoy de la agenda y los ODS sin hablar del COVID porque nos cambió todo. Y en ese cambio creo que lo más importante es que lo que ya sabíamos está a la vista, no lo podemos negar, y son esas desigualdades. Empezando por la pobreza: teníamos antes del COVID casi el 60 por ciento de los niños en este país en un nivel de pobreza y de indigencia. Y ahora vamos a estar peor porque el COVID nos empobrece a todos. Celebramos todo lo que son las políticas de transferencias económicas pero no es suficiente. Tenemos que empezar a pensar ya en las medidas a largo plazo: cómo vamos cambiando este modelo inequitativo que nos lleva a que la riqueza se concentre en pocos y la pobreza en muchos. Esto no da para más. Lo venimos diciendo pero ahora es un compromiso y una urgencia. Y en esa urgencia tenemos que revisar el modelo de desarrollo. Y tendremos que ser países como el nuestro, de América Latina y del mundo, los que vamos al llevar la voz cantante diciendo hay que cambiar esto y proponemos cambios. Y en ese sentido creo que tenemos que ir hacia el ingreso básico universal. Pero eso exige la revisión del modelo de desarrollo más el cambio del modelo tributario. Porque la inequidad del modelo tributario es parte de esto. No es nada fácil. Somos conscientes de eso, pero tenemos que empezar.

Otra es la desigualdad en el trabajo que se traduce en este crecimiento en la informalidad. No es solo de los últimos cuatro años. Ya venimos arrastrando eso porque es un modelo mundial que lleva al crecimiento de la informalidad y la precarización donde las mujeres y los jóvenes somos los más afectados pero no los únicos. Y en este momento se puso en evidencia y por eso la IFE es muy importante pero no alcanza porque hay grupos que supuestamente no son tan vulnerables pero hace 100 días que no pueden salir a trabajar y no pueden aportar porque ganan cuando trabajan, y ese es un ramillete muy grande y que no encaja a veces en los más vulnerables. Porque pueden tener casa pero no tiene con qué comer. Y muchos no tienen con qué pagar las expensas si es la casa propia o el alquiler. Es muy amplio y tenemos que ir a buscar esas raíces.

Algo que también se puso en evidencia es la desigualdad en la distribución de las tareas en los cuidados no remunerados. Ahí sale muy claramente la desigualdad de género porque incluso en este momento en que estamos todos conviviendo en nuestras casas seguimos siendo las mujeres de cualquier nivel las que estamos sobrecargadas con esto. Ahí viene algo muy importante para empezar a cambiar y en ese cambio celebramos la creación del del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad pero también que haya empezado a crear este mapa de las tareas no remuneradas. Pero eso no puede ir solo por ahí. Tenemos que tener el desarrollo de una infraestructura y ahí es donde la construcción tiene mucho que ver, donde privilegiemos aquella estructura amigable para facilitar por ejemplo, los lugares para el cuidado de los niños, algo de lo que hablamos mucho pero no tenemos suficientes y no están bien distribuidos porque están para los sectores que tienen recursos más que para los que lo necesitan.

Y si seguimos en ese cambio vemos cómo todavía la brecha salarial que tenemos las mujeres en general está basada en la brecha laboral porque en nuestra historia laboral, los intervalos de cuidado en los que salimos o disminuimos nuestra participación laboral lo que nos lleva a ir quedando retrasadas, y cuando llega el último momento que es la jubilación no hemos tenido tiempo de recuperarnos.

La pandemia también nos muestra cómo lo que es la solución para el COVID es malo para la violencia y el crecimiento de la violencia es preocupante porque no vemos toda la magnitud sino apenas la punta del iceberg. No tenemos idea de cómo está ocurriendo el abuso sexual en la infancia, que es tan importante y que UNICEF nos viene señalando todo el tiempo. También están la violencia institucional, mediática y obstétrica. Eso nos lleva a un tema de salud que es una tarea pendiente: avanzamos mucho en cuanto a la Salud Sexual y Reproductiva para las mujeres y diversidades pero nos falta. Y otro tema pendiente es el compromiso que el Presidente hizo el 1° de marzo que es la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo junto a la ley de protección a las mujeres que quieren continuar un embarazo. Mi corazón verde les habla: no queremos más muerte de ningún tipo.

Para ir avanzando celebro la jerarquización del Minsisterio de Salud pero no meramente porque tiene otra vez el raviol de ministerio sino porque es la jerarquización de la salud pública, y la salud pública es algo muy importante y lo hemos visto ahora con la pandemia. Son años de abandono de la salud pública y en cuatro meses no se puede recuperar. Pero sí hay que apuntar a eso.

Expreso el compromiso. Estamos para acompañar pero siempre vamos a decir críticamente lo que falta y lo que hay que hacer».