La mujeres paran, los femicidios no

Medio: Nuestras Voces

Fecha: 6.03.2017

 

Por María Florencia Alcaraz.-
El próximo miércoles millones de mujeres en todo el mundo paran sus actividades para gritar “Ni una Menos” y exigir por sus derechos. En Argentina, los femicidios siguen en aumento pero el gobierno no se hace eco de las demandas. Las organizaciones sociales señalan que desde el 1 de enero de 2017 se contabilizaron 57 crímenes contra las mujeres: uno cada 18 horas. En 2016 se registró un femicidio cada 30 horas. ¿Hay una reacción machista al empoderamiento femenino o los medios están más receptivos de la problemática?
A Denise y Sabrina las asesinaron a tiros en plena luz del día en Florencio Varela el 11 de febrero. Sus dos amigas, Némeris y Magalí, sobrevivieron a los balazos pero todavía están hospitalizadas. A Romina Maguna le disparó su ex pareja, Diego Loscalzo, con el arma reglamentaria de Policía Bonaerense que era de ella en Hurlingham. Después, el hombre asesinó a su cuñada y al marido, hirió a una vecina y mató a la suegra y a un hermano de Romina. Andrea Neri murió durante una visita a su pareja en un penal salteño, el último 5 de enero. El femicida ya había matado, también en la cárcel, a otra mujer hacía diez años. Un doble femicidio e intento de otros dos. Un femicida que masacró a cinco personas. Un femicidio repetido dentro de un espacio de encierro. ¿Hay una reacción machista al empoderamiento femenino? ¿Hay más casos, o será que los medios ahora los cubren con mayor atención? ¿Qué magnitud real tiene la problemática?

“Son preguntas difíciles de precisar porque no tenemos estadísticas que nos permitan analizar bien los datos anuales”, respondió a los interrogantes de Nuestras Voces, Mabel Bianco, directora de la Fundación para Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM). “Lo que vemos es mayor crueldad y ensañamiento y uso de armas de fuego o blancas y el paso más rápidamente a formas graves de ataque a las mujeres. Es evidente que, ya sea por el más fácil acceso a estas armas y la mayor intolerancia y reacción agresiva de estos varones y otros factores, implica un riesgo mayor de muerte para las mujeres”, agregó.

Monique Altschul, directora de la Fundación Mujeres en Igualdad, coincidió con el análisis. “Las estadísticas nos dicen que la cantidad de femicidios sigue siendo aproximadamente la misma en estos últimos años: uno cada 30 horas. No aumentan pero tampoco disminuyen y la crueldad va en aumento, así como la cantidad de femicidios vinculados a hijos y familiares. Mi percepción es que hay una relación directa con la creciente autonomía de las mujeres. La famosa frase ‘serás mía o de nadie’ sigue retumbando: no pueden retenerlas, ya no son una mercancía que les pertenece y creen lograrlo matan”, dijo la experta.

La cantidad de femicidios no disminuye, se intenta recortar el presupuesto de políticas públicas para combatir las formas violencia machista y la organización del movimiento de mujeres crece cada vez más.
Los medios ponen la atención con lupa morbosa sobre la crueldad de los casos recientes. Cuando baja la espuma, la cobertura se vuelve evanescente. Tanto como el espacio que encuentra la organización de mujeres como respuesta a la violencia machista en diarios, revistas, radios y televisión. “Frente a la crueldad, más feminismo”, dice el llamamiento del colectivo Ni Una Menos al Paro Internacional de Mujeres del próximo de 8 de marzo. La cantidad de femicidios no disminuye, se intenta recortar el presupuesto de políticas públicas para combatir las formas violencia machista y la organización del movimiento de mujeres crece cada vez más.

Falta de estadísticas oficiales

Baleadas, apuñaladas, golpeadas: todos los días en Argentina una mujer muere por el hecho de ser mujer. Solo en los primeros 44 días de 2017, según el registro que llevan adelante las Mumalá, fueron asesinadas 45 mujeres. Por su parte, la Fundación Wanda Taddei dio a conocer un número aún más alto: 57 femicidios en el mismo período de tiempo. Las organizaciones sociales tienen información más actualizada que el Estado nacional.

Durante su segunda apertura de sesiones el presidente Mauricio Macri habló, con imprecisión, de los femicidios y la violencia machista. “Cada 37 horas una mujer muere por violencia de género”, dijo. El dato está desactualizado y remite al último informe presentado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación que tras la primera movilización masiva de Ni Una Menos promovió un registro nacional. Se trata de un relevamiento incompleto porque depende de la voluntad de cada jurisdicción. Por ejemplo: las provincias de Catamarca, Chubut, Río Negro y San Juan no aportaron información sobre mujeres muertas por el hecho de ser mujeres en 2015. Por lo tanto, la cifra a la que se refirió Macri no da cuenta de la magnitud de la problemática.

Durante su segunda apertura de sesiones el presidente Mauricio Macri habló, con imprecisión, de los femicidios y la violencia machista. “Cada 37 horas una mujer muere por violencia de género”, dijo. El dato está desactualizado y remite al último informe presentado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2016.

El Observatorio de Femicidios en Argentina “Marisel Zambrano” de la Asociación Civil Casa del Encuentro, que recopila la cantidad de femicidios a partir de los casos que aparecen en la prensa desde 2008, contabilizó 286 casos en 2015 y 290 en 2016. Es decir un femicidio cada 30 horas. Según su registro el número aumentó respecto al 2015: hubo cuatro asesinatos más.

El registro de Mumalá para el año pasado también supera las cifras difundidas por el primer mandatario:322 femicidios dentro de los cuales se contabilizan 15 femicidios vinculados de mujeres y niñas, y 33 femicidios vinculados de hombres y niños; y 9 travesticidios.

En 2015, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación también anunció que iba a llevar adelante un registro de estas muertes. El año pasado dio a conocer la cifra de 177 femicidios.

Denuncias sin respuesta

Un dato llamativo que se desprende del último informe de la Casa del Encuentro es que solo un 9,7 por ciento de las mujeres asesinadas durante el año pasado había presentado una denuncia por maltrato. Es decir, 28 casos. El dato plantea interrogantes a cerca de la falta de confianza por parte de las mujeres en el sistema de administración de justicia.

Varias expertas cuestionan la ruta crítica de la denuncia que –muchas veces– no conduce a ningún lugar: ya sea porque los espacios para canalizar los pedidos de ayuda de las mujeres no dan respuesta; o porque los operadores de justicia no intervienen con perspectiva de género. “En el país se ha hecho mucho hincapié en que ‘se haga la denuncia’–algo que es adecuado porque antes al no haber denuncia quedaba ignorado–, pero como no se acompaña de una acción clara de atención con protocolo de actuación uniforme y adoptado en todo el país, la mujer hace la denuncia, no hay nadie que vea qué pasa después, ni se ocupe de ella en ese período, y el denunciado es informado y suele atacar más gravemente a la mujer que lo ha denunciado”, dijo Bianco. Para la titular de FEIM la Justicia hace un uso excesivo de la restricción perimetral que se limita al domicilio y no a otros ámbitos en los que la mujer actúa y además, “tampoco se controla su cumplimiento”. “Hemos logrado que las mujeres que denuncian sean aún más rápidamente presas de una violencia mayor por parte de estos agresores, con el riesgo de lesiones muy graves o de morir”, señaló con preocupación.

“Todos nos unimos en el grito de #NiUnaMenos”, dijo en su apertura de sesiones Mauricio Macri. El listado de deudas pendientes de este gobierno para combatir la violencia machista empieza por el incumplimiento de los cinco puntos de compromiso que el presidente firmó con el colectivo Ni Una Menos cuando era candidato. El Plan nacional todavía no presenta un presupuesto acorde para una problemática estructural y el 80% del dinero presupuestado se va en ladrillos para la construcción de refugios, la ley de patrocinio jurídico gratuito aún no está en marcha, el Programa de Educación Sexual Integral fue desfinanciado y desjerarquizado por esta gestión, las pulseras para monitorear a agresores no se implementaron en todo el país, las estadísticas oficiales completas y actualizadas sobre femicidios son una deuda y el aborto legal todavía no llega a discutirse en el Congreso. Este pliego de demandas, sumado a los números de la desocupación, la persecución y criminalización a migrantes –cada 100 mujeres migrantes hay 84 hombres en Argentina– , entre muchas otras, son las que se escucharán el próximo 8 de marzo en el Paro Internacional de Mujeres. Una de las consignas de la marcha será: el Estado es responsable.